Crítica: Belfast

Kenneth Branagh nació Irlanda del Norte, Reino Unido, el 10 de diciembre de 1960, hasta sus primeros años se traslada con su nueva película “Belfast”, después de habernos regalado muchas otras historias bien trabadas y de las que disfrutamos mucho.

¿Qué tiene esta película que la hace distinta, atractiva y atrapante? Tiene algo muy sencillo: sinceridad, el reflejo de un lugar y un tiempo y la lucha obrera, la agitación que ocurre a la vista de Buddy (Jude Hill). Todo ello centrado en el conflicto norirlandés durante la violenta agitación protestante-católica de aquellos años; es una historia de humanidad y claridad que dedica Kenneth Branagh a la ciudad en que nació y creció. La película ofrece una narración cubierta de sensibilidad sobre la familia irlandesa de clase trabajadora, su familia. La cámara sigue al pequeño Buddy mientras crece en un ambiente de lucha, cambios culturales, odio interreligioso y violencia sectaria. El niño sueña con un futuro que le aleje de los problemas pero, mientras tanto, encuentra consuelo en su pasión por el cine, en la niña que le gusta y el amor de sus padres y sus abuelos.

Detrás de todo eso que acabo de contar hay un barrio de una ciudad con un mosaico de retratos humanos, unidos por el azar y tiernos como la vida misma. Tiernos, impulsivos, tímidos. Es una película aclamada por la crítica y por muchos festivales de cine. Todos configuran un paisaje de figuras en el que es fácil establecer complicidades y un punto de vista que conjuga lo local con lo universal.

Kenneth Branagh, en “Belfast” sabe perfectamente de qué habla y, además, trata a cada uno de sus personajes con una dosificada mezcla de sentimientos, pero lo mejor es entenderlo de todas las formas que Branagh nos muestra, disfrutar de la unión de los personajes, sufrir con el corazón de la historia y aprender con todas ellas que la sabiduría es un camino muy difícil y se deben superar muchas pruebas.

Probablemente el director no habría podido hacer “Belfast” en otro tiempo pasado, la tranquilidad con la que se ha sumergido en la nueva Irlanda es algo que ha alcanzado después de ser un buen guionista y director de cine. Un hombre capaz de hacer una historia cruzando el peligro, superando todas las pruebas que le ponga el destino. En “Belfast” habla de familias reconocibles, de la cotidianidad, de lo malvado que el mundo nos depara y de los lazos entre padres e hijos.

Kenneth Branagh ha contado para este film con un reparto espectacular del que no cabe destacar a nadie pues todos me parecen fabulosos comenzando por el iluminado chavalín Jude Hill, Caitriona Balfe, Jamie Dornan, Judi Dench, Ciarán Hinds, Lewis McAskie, Lara McDonnell, Gerard Horan, Turlough Convery, Sid Sagar, Josie Walker, Chris McCurry, Colin Morgan, Freya Yates, Nessa Eriksson, Charlie Barnard, Frankie Hastings, Máiréad Tyers, Caolan McCarthy, Ian Dunnett Jr., Drew Dillon, Michael Maloney, Rachel Feeney, Elly Condron, Samuel Menhinick, James O’Donnell, Leonard Buckley, Estelle Cousins, Scott Gutteridge y Bill Branagh.

En la banda sonora mencionamos la excelente música del también irlandés Van Morrison, un músico y compositor considerado como el mejor de su tiempo. En la imagen, un magnífico director de fotografía, el grecochipriota Haris Zambarloukos. Excelente.

Branagh ha firmado otro de los buenos títulos de su carrera, lleno de inagotables estímulos para el análisis; un clásico instantáneo tan susceptible de ser discutido como llamado a permanecer. Un terapéutico desafío.

Judi Dench

Judi Dench nació el 9 de diciembre de 1934 en York, Inglaterra.

Ficha en Imdb: https://www.imdb.com/name/nm0001132/

Sus películas en Comentamos Cine:

Crítica: Belfast (2021)

Crítica: Asesinato en el Orient Express (2017)

Crítica: El hogar de Miss Peregrine para niños peculiares (2016)

Crítica: Philomena (2013)

Crítica: Skyfall (2012)

Crítica: El exótico Hotel Marigold (2011)

Crítica: Piratas del Caribe 4: En mareas misteriosas (2011)

Crítica: Asesinato en el Orient Express

Kenneth Branagh en la dirección, -con guion de Michael Green, escritor y productor estadounidense, y el más prolífico creador de guiones del 2016 con base en la novela de Agatha Christie-, nos deja una buena representación del documento literario plasmando con un perfil casi teatral la famosa historia “Asesinato en el Orient Express”.

La pantalla se abre en Jerusalén, en el Muro de las Lamentaciones, a primera hora de la mañana, un desayuno meticuloso y cualidades para trazarlo. Pero en la calle algo ocurre que hace perder el sosiego de las gentes que por allí pasan. Poco a poco, nos adentra la imagen y tenemos el gusto de ver un juicio, digamos rápido. El detective belga Hercules Poirot (Kenneth Branagh), el más famoso detective del mundo entero, tiene que resolver el robo de una reliquia de una iglesia cristiana, los sospechosos son un rabino, un sacerdote y un líder religioso. En un momento el ladrón está en el saco. Una vez resuelto el caso, la cámara nos traslada hacia un tren, dejándonos para el placer de mirar preciosas imágenes de Estambul, visualmente impresionantes. Es aquí donde Hercules Poirot recibe un telegrama sobre un trabajo en Londres a la vez que se encuentra con un viejo amigo que se ofrece para llevarle hasta Francia en su tren. Y llegamos al tren: “El Orient Express” todo lujo y elegancia. Los viajeros van tomando su lugar mientras se deslizan entre un paisaje sin igual. Pero tienen la mala suerte o la buena, de que se desencadene una gran tormenta de nieve. El tren se detiene. Y esa misma primera noche se comete un asesinato dentro del tren, pero por suerte el gran Hercules Poirot investigará y posiblemente descubra al asesino…

El director juega sus cartas elaborando un trabajo muy personal e imprimiendo en el personaje principal toda la fuerza del relato.

Uno de los aspectos más llamativos de “Asesinato en el Orient Express” de Kenneth Branagh es el suntuoso estilo de montaje, que mantiene al mismo tiempo un sentido del desequilibrio y de credibilidad en los personajes con realidades muy diferentes a lo que aparentan, todo esto funciona a lo largo de la película sin que el espectador tenga conciencia de ello. Yo creo que en este sentido no se puede ser más fiel a la novela de Agatha Christie. Por otro lado las transiciones de la situación se suceden de manera vertiginosa con solo un intento limitado de encaminar al espectador por cada situación, ya sea mediante una exposición preliminar del diálogo o mediante los distintos planos.

Kenneth Branagh es un cineasta que en la dirección o en su trabajo de actor hace de su profesión puro arte, tanto más en esta intrigante pero serena película ubicada en un relato de la más famosa de todas las escritoras del género policial, Branagh desgrana toda la narración con pulso firme tratando sus efectos como una joya tan humilde como poderosa.

Asesinato en el Orient Express” contiene las mejores secuencias que se han filmado últimamente, la alta pirueta de un carpintero de la imagen como es el director de fotografía Haris Zambarloukos, con planos en los que impera una rígida composición que llega a abstraer el espacio, iconografías donde se desarrolla la acción presentadas casi como un cuadro teatral, disparando el inicio de más o menos intensidad mediante la banda sonora del famoso compositor escocés de Patrick Doyle, creador de más de una decena de bandas sonoras para películas de Kenneth Branagh de las que recordamos: “Enrique V”, “Morir todavía”, “Mucho ruido y pocas nueces” y “Hamlet”, entre otras.

Creo que brilla con profesional fulgor Kenneth Branagh y se adivina el talento de tantas grandes estrellas del cine como participan en esta producción y no tuvimos ocasión de saborear: Willem Dafoe, Judi Dench, Johnny Depp, Michelle Pfeiffer, Penélope Cruz, Daisy Ridley, Josh Gad, Derek Jacobi, Leslie OdomJr., Lucy Boynton, Sergei Polunin, Tom Bateman, Olivia Colman, Miranda Raison, Chico Kenzari y Manuel García-Rulfo. Todo está en su sitio, demasiado en su sitio tal vez…

Ése es su mérito, que sin ser la mejor película que veremos este año, es de esas películas que te dejan un agradable sabor.

 

Crítica: El hogar de Miss Peregrine para niños peculiares

El hogar de Miss PeregrineEl escritor y director de cine Tim Burton, en una iniciativa ejemplarmente atrevida que envuelve en su modo cinematográfico, estrenó nueva película hace unos días en las pantallas de nuestro país. Un director de cine que pese a la decepción del público más exigente por alguno de sus últimos trabajos, sigue reinando en el Olimpo de los cineastas más atrevidos y más seguidos por espectadores de todas las edades. Crítica de la película “El hogar de Miss Peregrine para niños peculiares”.

Con guión de la escritora inglesa Jane Goldman Loretta, se basa en la novela juvenil original del cineasta y escritor americano Ransom Riggs, una novela que fue un gran éxito de ventas y con la que ahora Tim Burton nos hace cruzar el espejo y bucear en la poesía, la intriga y la nostalgia, de un abuelo y un nieto.

El abuelo, Abraham (Terence Stamp). El nieto, Jacob Portman (Asa Butterfield). Ambos han vivido historias relatadas por el mayor que han quedado grabadas en la memoria del chico después de morir su abuelo misteriosamente. El muchacho se siente fuerte para desentrañar todos los misterios y aprovecha un viaje en el que su padre Franklin (Chris O’Dowd) quiere realizar un reportaje fotográfico, para viajar por la costa de Gales. Allí descubre “El hogar de Miss Peregrine para niños peculiares”. Mientras explora salones habitaciones y pasillos, se da cuenta que los niños que vivieron allí, uno de los cuales fue su abuelo, eran especiales. Y ahora, aunque los lugareños afirman que los niños murieron en la segunda guerra mundial, allí siguen habitando niños y niñas con habilidades fuera de lo habitual y una guardiana fantástica que se llama Miss Peregrine (Eva Green). El muchacho tanto y tanto se implica en el misterio y en su descubrimiento que en adelante vivirá como un habitante más de “El hogar de Miss Peregrine para niños peculiares”.

imagen-de-miss-peregrineTim Burton se sitúa en la perfecta representación visual de la imaginación, un punto creativo que instala sorprendentemente el huracanado ingenio de la aventura y la velocidad iluminada de la magia visual. Todo en “El hogar de Miss Peregrine para niños peculiares” parece importante, delirante y fosforescente a pesar del gótico donde está instalada la narración: desde la isla que la decora, hasta la hoja más pequeña del árbol más diminuto, Burton y su equipo cuidan los detalles argumentales y visuales en una película en la que cada fotograma es el fruto de una instruida labor, utilizan con sabiduría la técnica de efectos especiales sin olvidar la implacable lección humanista, el humor, el enfrentamiento entre la mentalidad rebelde y la positiva, y el carácter intrigante y fascinante de la sorpresa y la fantasía, construyendo así una de sus películas destacadas.

Deberíamos buscar palabras nuevas para definir películas como ésta, ¿juego de evasión? ¿cine para viajar sin motor? Decir que “El hogar de Miss Peregrine para niños peculiares” es una película de aventuras es reducir su auténtica dimensión. Lo que no cabe duda es que estamos ante una película que sin retratar ninguna realidad concreta te introduce en mil mundos alucinantes.

El reparto compuesto por  Asa Butterfield, Eva Green, Samuel L. Jackson, Terence Stamp, Judi Dench, Ella Purnell, Allison Janney, Rupert Everett, Kim Dickens, Chris O’Dowd, Finlay MacMillan, Milo Parker, Cameron Greco, O-Lan Jones, Justin Davies, Bomber Hurley-Smith, George Vricos, Andrew Fibkins, Bryson Powers, Jack Fibkins, Hayden Keeler-Stone y Lauren McCrostie, es sólido contundente y políticamente eficaz, Eva Green destaca, respondiendo maravillosamente a los parámetros habituales del cine Tim Burton. Felicidades para todos. En la música, Matthew Margeson y Mike Higham. En la fotografía, Bruno Delbonnel.

Por último decir que esperaba este estreno y ha sido un placer, para explicarla no tengo más remedio que apelar con alegría a algo tan recurrente como “véanla” es puro divertimento. Soy muy de Tim Burton, eso no me elude reconocer que en la resolución podría haber llegado más lejos sin ir mucho más allá.

Esperamos la próxima, felicidades, maestro.