Crítica: Sufragistas

 

SufragistasLa británica Sarah Gavron, joven directora de cine, y Abi Morgan, escritora, dramaturga y guionista traen a las pantallas un drama social y la amarga realidad de nuestras antepasadas. Crítica de la película “Sufragistas”.

El movimiento sufragista nació en Inglaterra en vísperas de la Primera Guerra Mundial. La mayoría de las sufragistas no procedían de las clases altas, sino que eran obreras que veían impotentes cómo sus protestas pacíficas no servían para nada. Entonces se radicalizaron y, en su incansable lucha por conseguir la igualdad, se arriesgaron a perderlo todo: su trabajo, su casa, sus hijos y su vida. La protagonista es Maud (Carey Mulligan), una mujer que reivindicó denodadamente la dignidad de las mujeres.

“Sufragistas” da comienzo en una lavandería en el año 1912, las mujeres de Inglaterra ya tenían presentes la ideología del desarrollo para sí mismas, la elevación del nivel de vida, el intento de empatar al hombre en paridad y todo un equilibrio de derechos hasta entonces ausentes. Por primera vez se produjeron concentraciones y manifestaciones públicas en solicitud del voto de la mujer, por primera vez, segunda y tercera negado por el parlamento. “Sufragistas” suma drama e historia. Narra hechos reales de “El movimiento de la mujeres trabajadoras unidas para la igualdad” que sufrieron gran persecución pública y rechazo, en lo que mediaron elementos sociales y políticos.

El relato es brutal y trágico. La descripción de caracteres se presenta bien desarrollada y adecuadamente matizada. La dramatización de los hechos se construye a partir de un amplio análisis de sentimientos profundos que embargan a las protagonistas y la bestialidad de la estrategia de la fuerzas del orden. Directora y guionista con buen pulso, denuncian la fuerza y la virulencia de los prejuicios sociales contra las mujeres, las violentas posiciones del hombre y de la mayoría de las mujeres y sus consecuencias terribles.
Las carencias del sistema legal a favor los derechos de las mujeres, las deficiencias de los procedimientos y el patriarcado del sistema judicial solo al servicio de los intereses del hombre. Se podría decir que ésta es una película de mujeres para mujeres porque solo una mujer puede saber el dolor que produce la falta de derechos tan básicos y tan fáciles de proporcionar.Imagen de Sufragistas

“Sufragistas” goza de un reparto de lujo, con Carey Mulligan, Helena Bonham Carter, Meryl Streep, Anne-Marie Duff, Brendan Gleeson, Ben Whishaw, Romola Garai, Samuel West, Geoff Bell, Natalie Press, Lee Nicholas Harris, Richard Banks, Adrian Schiller, Judit Novotnik y Morgan Watkins, todo el conjunto le da un tremendo fondo creíble destacando su protagonista. La maravillosa música es del compositor Alexandre Desplat y la fotografía insuperable es de director de fotografía Eduard Grau.

Después de ver “Sufragistas” y aunque la historia ya estaba grabada en el recuerdo, me emociono y siento pena y siento vergüenza por nosotras, las de ahora. Hoy sí que somos mayoría en el mundo y estamos aquí dormitando en lo que consiguieron ellas. Nosotras, las de hoy, nos conformamos con asistir a una manifestación autorizada, reír y cantar, decir alguna consigna muchas veces inapropiada y después regresar a casa como quien ha hecho una buena obra, para pasar al día siguiente a seguir asistiendo a todos los males que aún hoy persiguen a las mujeres. Dijo Simone de Beauvoir, «El opresor no sería tan fuerte si no tuviese cómplices entre los propios oprimidos».

“Sufragistas” pone a nuestro alcance un relato que conmueve e inquieta y de forma elocuente y emotiva indica varios caminos a seguir…

Brendan Gleeson

Brendan GleesonBrendan Gleeson nació en Dublín, Irlanda, el 29 de marzo de 1955.

Ficha en Imdb: http://www.imdb.com/name/nm0322407/

Sus películas en Comentamos Cine:

Sufragistas (2015)

Calvary (2014)

Al filo de la mañana (2014)

La gran seducción (2013)

Pacto de silencio (2012)

Green Zone. Distrito protegido (2010)

 

 

Crítica: Calvary

CalvaryTan animosa como una comedia negra y tan torturada como un drama, sin dejar de ser rigurosamente ficción, este film de John Michael McDonagh es tan testamentario como cualquier película basada en hechos reales. Critica de la película “Calvary”.

Un día el padre James Lavelle (Brendan Gleeson ) está confesando a sus feligreses y uno de ellos le hace una revelación muy especial, es algo que sucedía hace mucho tiempo , esta persona está llena de odio y le asegura que va a matarlo. Le da una semana para que se prepare a morir. El cura se mentaliza y sigue con su vida normal, ha reconocido la identidad de su posible asesino, pero no está dispuesto a perder los nervios, para lo que sí está preparado es para conseguir un mundo mejor para todos. Le apena comprobar la cantidad de problemas que encierra la gente de su parroquia, le entristece y le preocupa.

Así se abre “Calvary”  en un día a día, de una semana clave en una vida. Un calvario personal. No es un drama histórico de colores cálidos, ni una comedia brumosa. Con “Calvary”, el director de cine inglés John Michael McDonagh, hermano mayor del dramaturgo y director de cine Martin McDonagh, ha filmado su segunda película y lo ha hecho en la tierra de sus antepasados, Irlanda, entroncando un gran conflicto de la verdad humana. La película refleja el principio de cine de Ken Loach en varios momentos, si bien sobresale su crítica social y su oficio de narrador y manejo de cámara escudriña la realidad para ofrecernos una mirada dura y sombría. McDonagh logra el milagro del costumbrismo irlandés mirando a los excesos, el pesimismo y la deshumanización. No hacen falta más que gestos paisajes y palabras para definir las reglas del juego. Sin tópicos añadidos, la película resulta un ejercicio de tibia contención emotiva y el establecimiento de una meta con catalizador positivo. El envoltorio también destaca, no hechiza ni hipnotiza, su poesía visual y sonora, -con fotografía de Larry Smith, con cierto ruralismo idílico, y música de Patrick Cassidy-, que adornan el metraje, lo hacen sin precipicios de interés argumental ni fallecimiento en su ritmo, resaltando el tiempo y el azar, la grandeza de lo que creemos pequeño

Imagen de CalvaryEn este calvario de calma sostenida, que es “Calvary” la interpretación de Brendan Gleeson protagonista también de la anterior película de McDonaghEl Irlandes” , le lleva a meterse en la piel de un educado y pacífico religioso.  Gleeson con una actuación repleta de pasión poder y convicción hace un ejercicio fascinante no solo de expresión, sino de psicología difícil de interpretar, dándole al personaje esa carga anímica interior, haciéndolo además un luchador, íntegro, profesional e independiente, lleno de dudas pero firme. El actor hace este sobresaliente trabajo sin renunciar a dejar espacio para el resto del elenco: Kelly Reilly, Chris O’Dowd, Aidan Gillen, Domhnall Gleeson, David Wilmot, Dylan Moran, Marie-Josée Croze, Killian Scott, Isaach De Bankolé, M. Emmet Walsh, Pat Shortt, Gary Lydon, Orla O’Rourke, Owen Sharpe, David McSavage, Michael Og Lane, Mark O’Halloran, Declan Conlon y Anabel Sweeney, todos consiguen calar en los sentimientos , sumando su compromiso a una historia que tiene los elementos más que adecuados para conseguir acongojar al espectador.

Una historia de lucha insólita, incisiva, perturbadora. Un film sobre la vida y lo difícil que es, a veces, apenas acercarse a ella, y McDonagh se ha puesto unas gafas especiales para mostrarla.

Crítica: La gran seducción

la gran seducciónUn divertido testimonio que estampa una visión genérica sobre la cuestión que trata. Sin duda es una película agradable de ver, que despierta la empatía en el espectador y supone una bonita reivindicación. Crítica de la película “La gran seducción”, de Don McKellar.Los habitantes del pueblecito costero de Alaska tienen que encontrar a un médico si quieren que una empresa construya una fábrica en la zona. La tarea se le encomienda a Murray (Brendan Gleeson) aunque todos los vecinos están dispuestos a colaborar. Es un pueblo de orgullosos pescadores, pero a causa del paro que les azota, se ven obligados a vivir de subsidios gubernamentales. Con el tiempo, el orgullo deja paso a la nostalgia. La empresa que está dispuesta a instalar la fábrica en el término municipal, dice que no reúnen las condiciones y que, sobre todo, necesitan un médico. El médico está solicitado y no hay nada que puedan hacer. Sin embargo, un joven doctor, Lewys (Taylor Kitsch ), que va a pasar un mes en el pueblo para relajarse de problemillas varios, hace que renazca en todos la esperanza. Ésa es la razón por la que Murray, con la colaboración de los vecinos, decide hacer todo lo posible para que el atractivo del lugar le resulte irresistible al visitante. A partir de ese momento, todos los vecinos intentan seducir al doctor para que se quede con ellos de forma permanente.»

«¿De que será la fabrica?», preguntan los vecinos al tiempo que se responden: «Producen empleo… y eso es lo importante en este momento, porque cuando llega el penoso momento de la necesidad extrema ya todo da igual…».

Imagen de La gran seducciónUna vez más, aunque algo diferente en su desarrollo, salta esta obra a la gran pantalla. Realizada por el director de cine Jean-François Pouliot en el año 2003 con un gran éxito en festivales y con grandes reconocimientos, es ahora Don McKellar quien dirige este remake atreviéndose con los varios universos que encierra el guion, a los que tiñe de un aliento estético, quedando a la vez perfectamente expuesta la problemática y lectura de una historia, que aunque tintineada en son cómico, es el tremendo problema social de las clases trabajadoras, que no tienen trabajo, valga el contrasentido. Aunque el drama no lo sentimos en el momento, la reflexión viene más tarde cuando sales de la sala del cine y piensas bien lo que acabas de ver.

La película es todo un ensayo visual sobre el compañerismo, la necesidad, la amistad, la soledad y el desamparo, en que quedan muchos pueblos pequeños. Una muestra de cómo la realidad se funde con la ficción y cómo una comedia sencilla puede decirnos más sobre la vida que un tremendo drama.

McKellar juega, con ingenio despierto, a evocar ese problemático mundo y lo hace acudiendo a todos los recursos del género, lo que demuestra que comedias como “La gran seducción” resultan  especialmente inteligentes.

El guión es de Ken Scott Michael Dowse, la fotografia Douglas Koch y en el reparto destacan Brendan Gleeson, Taylor Kitsch, Gordon Pinsent, Liane Balaban, Mark Critch,  Mary Walsh y Morgan T. Lee.

La recomiendo.