Crítica: La reina de España
4 enero 2017 Deja un comentario
Fernando Trueba guionista, director y productor de cine español, en sus primeros años de juventud y después de terminar la carrera de periodismo trabajó como crítico de cine en uno de los periódicos más importantes de España y tras hacer en el mundo del cine algunas cosas más o menos interesantes, debutó como director con “Ópera prima”, de 1980. Más tarde llegarían “Mientras el cuerpo aguante”, de 1982; “El año de las luces”, en 1986; y otras, hasta llegar a “Belle époque”, de 1992, donde mezcla elementos de construcción histórica, drama y humor. Más tarde en el mismo terreno da lugar a sus mejores y más personales películas, entre ellas “La niña de tus ojos”, de 1992, que ahora en el año 2016 atrae para hacer una segunda parte, una nueva historia con aire nostálgico y comedia. Crítica de la película “La reina de España”.
Con guión del propio Fernando Trueba, la historia aparece así: estamos en la España de los años 50 y Macarena Granada (Penélope Cruz), la gran estrella “americana” de origen español, retorna a su tierra para encarnar a Isabel la Católica en una película dirigida por cineastas americanos. Al enterarse de la noticia el director de cine, Blas Fontiveros (Antonio Resines), que no había vuelto desde que se marchara a dirigir «La niña de tus ojos» a la Alemania nazi dieciocho años atrás, decide regresar a España, un país que habla en voz baja cuando no calla, vuelve para encontrarse con sus compañeros, que seguro están viviendo en la pedagogía del miedo. Eso piensa y no lo dice. Así se cierra el ciclo de Fontiveros en el exilio. A su llegada se encuentra más de lo que esperaba, por eso ocurrirán una serie de acontecimientos que pondrán a prueba el rodaje de la película y algunas cosas más.
“La reina de España” dibuja un lenguaje cinematográfico común a otros trabajos de la carrera del director utilizando los mismos enfoques de entrada y una idea central en imágenes exactas con la estupenda fotografía de José Luis Alcaine. La veracidad y el significado de la película están perfectamente concebidos con una mezcla de trasfondo político, como un trabajo de ideología esencial y divertido. Trueba con esta crónica, busca llegar al espectador mediante una presentación selectiva del transcurso de los hechos de la posguerra española y saca, para nuestros ojos, mundos que no conocimos y que aquí se muestran con mucho humor.
En definitiva, una película con una historia caminando en varias direcciones que resulta más compleja de lo que parece porque, en realidad, esta desatinada comedia es un desgarramiento afectivo en medio de las vidas de todos los personajes igualmente salpicados de miserias, un artefacto provocador y un salivazo en la cara a quienes no reconocen la evidencia ni siquiera a través del paso de los años. Hay que convenir también que el humor que rezuma tenga a veces el aire precipitado de una comedia poco refinada o que los actores estén en registros que para el espectador sean casi desconocidos o demasiado familiares, pero a la vez es lo que se requiere. El gran plantel de comediantes en su mayoría tienen los personajes destinados para ellos desde “La niña de tus ojos”: Antonio Resines, Penélope Cruz y Jorge Sanz, en una ducha de inteligencia interpretativa. Chino Darín, Javier Cámara, Rosa María Sardá, Santiago Segura, Loles León, Mandy Patinkin, Neus Asensi, Ana Belén, Arturo Ripstein, Cary Elwes, Clive Revill, Carlos Areces, Jesús Bonilla, Ramón Barea, Anabel Alonso, Guillermo Toledo, Secun de la Rosa, Juan Antonio Bayona, Miguel Ángel Lamata y Gemma Cuervo establecen un equilibrio apropiado dentro de una comedia que como ya he dicho es desatinada y añeja. Todo asistido con la música del compositor polaco Zbigniew Preisner.
Recuerdo la anterior película de Trueba, “El artista y la modelo”, buena película pero de la que no disfruté por algunos detalles, como ya expliqué en su día. Sin embargo, y reconociendo que “La reina de España” es peor película que “El artista y la modelo”, he de decir que la nueva película de Fernando Trueba me brindó dos horas divertidas.
Apostemos por el cine, es la forma artística de nuestro tiempo.
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