Nueve años comentando cine

De la biografía de Ingmar Bergmam recojo esta frase con la que me identifico: “Cine como sueño, cine como música. Ninguna forma de arte va más allá de la consciencia ordinaria como el cine, directo a nuestras emociones, profundo en el cuarto crepuscular del alma. Un pequeño movimiento en nuestro nervio óptico, un efecto de shock, cuadro por cuadro. Aún tengo esa mareadora sensación de magia de la infancia”.

Ese aleteo, esa caricia dulce es la que siento yo; y este vínculo que de lejos viene, sigue aquí, entre música y sueños en imagen. Con sus miedos y sus risas. Sus temores, intrigas, lágrimas y amores. Me paso la vida cambiando de género, de autores, de actores, midiendo, analizando, reflexionando y sin saber si aún tengo edad y experiencia para una aventura semejante. Es muy distinto sentir el llanto a llenarte de risas. Coleccionar acciones, amontonar dramas, acumular aventuras y fantasía, agrupar catástrofes y western. Colocar en horizontal todas aquellas películas que te llegaron al alma por un detalle o por otro. Esto último es lo que vengo haciendo nueve años ya y estoy feliz por ello.

Esta ventana cumple otro año en los márgenes del mundo de la ficción. Los encuentros siguen.

Abrazos para todos de Pilar, una exploradora entre historias de pantalla.

Sigan disfrutando de las vacaciones, en septiembre más.

Pilar

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