Crítica: Un traidor como los nuestros

un-traidor-como-los-nuestrosNada sabía de la directora británica Susanna White hasta que en 2010 pude visionar “La niñera mágica y el Big Bang”, una película para niños y niñas que casi pasó desapercibida. Sin embargo, su redescubrimiento ahora, resulta esperanzador. Con guión de Hossein Amini, Susanna White dirige la adaptación de la novela homónima de John le Carré, “Un traidor como los nuestros”.

Una joven pareja británica se va de vacaciones a Marruecos. Perry (Ewan McGregor), un profesor de poesía, y Gail Perkins (Naomie Harris), una abogada, tratan así de arreglar su relación algo dañada por la infidelidad de él. Una tarde comiendo en un restaurante quiere la casualidad que Gail tenga que marcharse a un asunto importante dejando a Perry solo. Ese momento es aprovechado por un miembro arrepentido de la mafia rusa, Dima (Stellan Skasgard) para captar la atención del joven. Dima tiene problemas con la mafia y con su nuevo dirigente «El Príncipe» (Grigoriy Dobrygin), que le ha amenazado con matar a su familia. Dima consigue engañar a Perry para tener contacto con las autoridades británicas.

“Un traidor como los nuestros” no es nada nuevo para nosotros, al menos desde el punto de vista de su ficción, no cabe duda que en los últimos años este tema se ha tocado mucho, este año 2016 Susanna White se apunta a la moda del cine de espionaje para demostrarnos que tiene la solidez de una experta cineasta. Y es cierto. “Un traidor como los nuestros” es ágil, sobria y estimulante y supone una responsabilidad que le podía haber quedado grande a la joven directora si se hubiese tratado de otra de la novelas del escritor  John le Carré, todos los que la leímos sabemos que es la historia más liviana del gran escritor del suspense y la guerra fría. White sale triunfante confirmando que no se quedaron cortos quienes confiaron en ella.

imagen-de-un-traidor-como-los-nuestrosLo peor de “Un traidor como los nuestros” es su poco convincente intención de veracidad respecto a los personajes, tan atrevida en la superficie y tan simplona en el fondo. Pero es así la historia que se nos cuenta desde su originalidad, podía haber sido mil veces más efectiva, pero ésa sería otra historia. En “Un traidor como los nuestros” el film funciona ligado a la complejidad de su denuncia o a la capacidad de provocación del rompedor tema. Los personajes de los que se sirve son  mera conexión artificial para el redondeo, sobre todo Perry y Gail que se quedan en un protagonismo absoluto sin que nadie sepa nada de ellos, pues no se profundiza en nada, solo vemos su trayecto honesto y excepcional.

Finalmente quiero decir que Susanna White con “Un traidor como los nuestros” hinca el diente en una realidad constatable en cada día del mundo en el que nos movemos, no descubre nada, lo vuelvo a decir, pero sí le pone estilo al asunto, destila profesionalidad y hace disfrutar de la película sin interrupción siguiendo su narración entretenida. Lo más destacable es el papel de Ewan McGregor, quien nos regala una interesante y trabajada interpretación como el solidario Perry. Junto a él, tenemos a un elenco  de actores realmente interesante: Stellan Skarsgård, Damian Lewis, Naomie Harris, Alicia von Rittberg, Grigoriy Dobrygin, Jeremy Northam, Mark Gatiss, Mark Stanley y Pawel Szajda, si bien sólo los tres primeros tienen relevancia en la historia, pues el resto únicamente adornarán con su presencia en breves escenas. La atmósfera creada, es muy acertada.

Un ejercicio estético lustroso, escoltado por un lujoso paisaje y un sonido que acentúa la tensión. Una Impecable fotografía de Anthony Dod Mantle, apegada a la música de Marcelo Zarvos aprovechando cada minuto del metraje, sin acelerar, siendo fiel a su estilo pausado.

No es una obra maestra pero consigue mostrar su valía de buen hacer cinematográfico.

Crítica: Agosto

Cartel de AgostoAdaptación de Tracy Letts para el cine de su propia obra de teatro del mismo título. Ganadora del Premio Pulitzer en 2008, se estrenó hace varios años en un teatro de Madrid con Amparo Baró, Alicia Borrachero y Carmen Machi, entre otros. Ese montaje estuvo dirigido por Gerardo Vera y el texto fue versionado por Luis García Montero. En esta ocasión, para la gran pantalla, ha sido dirigida por John Wells. Crítica de la película “Agosto”.
La película fija objetivo en las chicas Weston que vuelven a su palacete en las afueras de Pawhuska, en Oklahoma. Regresan, sin toques de tambor ni trompetería. La desaparición de su padre en extrañas circunstancias hace que la familia se reúna. Mientras toman nota de lo que ocurre en casa de sus padres, su sangre brota con el sabor amargo del descalabro. Desoladas, se dan cuenta de la existente batalla entre sus padres. Ante tal devastación callan, Karen (Juliette Lewis) y Ivi (Julianne Nicholson) con resignación pensativa sabedoras de que ni los llantos ni los gritos devolverían lo que se había ido para nunca volver; Barbara (Julia Roberts), la mayor de las tres hermanas, con el rostro lívido, los ojos secos y desprovista de todo tacto se enfrentará a su madre Violet (Meryl Streep) y a todas las desgracias que nazcan de su voz. Violet está enferma y es una adicta insoportable que vive encerrada en su acomodada torre de vigilancia, sin hospedar esfuerzo alguno que dé a sus hijas un suspiro de ternura, odiándose ella y odiando al mundo que la rodea.

Podría tratarse de una relectura de Tracy Letts, filtrada por el cine de John Wells, sin embargo esta película es otra cosa: una denuncia sin acuse de recibo a la posibilidad de reconciliación familiar. Así, dejando a un lado el formulismo sistémico para abrazar el costumbrismo cruel, pone en imágenes su deseo de no dar tregua en la historia para apariencia, paz, ni armonía. Como ocurre con casi todas las adaptaciones de teatro, la película de John Wells, “Agosto” es un film desigual.

Wells ha creado una película con cierto toque enigmático que compone un fresco entre caótico y autocomplaciente, no obstante su mirada caústica puede estar compensada por el perfil de cada personaje y el sentido interpretativo que se le adjudica en ese desfile de figuras enfrentadas, además de esa válida ambivalencia donde el espectador goza de plena libertad para extraer significados. No es la primera vez que John Wells utiliza la sonrisa agria para abordar un territorio espinoso y como resultado ofrece un film mordaz aunque también algo inofensivo.

Imagen de Agosto Sustentada por unas magníficas interpretaciones y un tratamiento sostenido del espacio, como requiere, – está rodado casi todo dentro de una casa-, con unos referentes milimétricamente estudiados para que el juego sea más apasionante, Wells propone una estética desnuda entre lo rabioso y lo contemplativo, y captura el universo de unos protagonistas con colérica luz de soberbia.

Meryl Streep desde el principio saca su bolsa de estrategias interpretativas llegando a niveles estratosféricos, quizás haya quien diga que exagerada, para mí no, creo que trabaja un papel muy difícil y lo hace suyo ostentando un oficio arrebatador. A Julia Roberts le toca el agradecido papel de interpretar a la hija mayor; la que está pendiente de todos, la que trata de concordar a la familia, la que une y, sin embargo, la que se lleva los palos más duros, con su estupendo gancho emocional consigue alcanzar la cumbre de un personaje que parece hecho para ella sin producir ninguna sensación de esfuerzo. Además, tengo que mencionar como bueno a todo el elenco de actores, desde Ewan McGregor, Chris Cooper, Abigail Breslin, Benedict Cumberbatch, Juliette Lewis, Dermot Mulroney, Sam Shepard, Misty Upham, Julianne Nicholson, hasta Margo Martindale, que hace una excelente interpretación de un personaje determinante.

La música la pone Gustavo Santaolalla y la fotografía es de Adriano Goldman.

Por esta película, “Agosto”, Meryl Streep y Julia Roberts han sido nominadas en varios festivales de cine como mejor actriz protagonista y mejor actriz secundaria.

Tan fuerte como la vida misma. Las esperamos en los Premios Oscar.

Crítica: Lo imposible

CartelEl agua vuelve a dominar la escena. Estamos en Tailandia, en Navidad, María (Naomi Watts), Henry (Ewan McGregor) y sus tres hijos intentan pasar unas maravillosas vacaciones. Una mañana, mientras se encuentran en la piscina, un terrible rugido emerge del centro de la tierra, un terremoto atroz provoca el tsunami más terrible que jamás hemos conocido. María se queda paralizada por el miedo al ver cómo un inmenso muro de agua avanza por los jardines del hotel hacia ella, a medida que el agua la va alejando, la mente de María en rápida sucesión de recuerdos y sentimientos lucha contra eso tan terrible que le impide estar con su familia convirtiéndola en una desolada superviviente.

Que yo haya subrayado que el agua está presente, no quiere que decir que se repita lo ya visto en otras películas sobre el tsunami. Al contrario. Frente a esta experiencia de Juan Antonio Bayona podemos sentir algo completamente nuevo y la novedad nace de su nueva forma y distintas atribuciones expresadas de forma mucho más atemperada: imágenes impactantes, pasión explícita y emocionante, tensión narrativa, subrayado. Bayona maneja la realidad, la aniquilación, el caos, o lo más terrible: la muerte. La atracción de las imágenes hace que la sientas cerca, ese sentimiento que ahí late irrumpe como un desgarro en todo el recorrido del film y los sentimientos fluyen como lava fundida. Bayona utiliza todos sus elementos de manera espectacular para contar lo que ya se conocía y que visto así duele más que en su raíz. La interacción entre la naturaleza y el hombre, la ferocidad contra la indefensión, la soledad y la desesperación por librarse de ella, el amor desesperado y la búsqueda de la vida arrebatada, son algunas de las claves temáticas y emocionales con las que juega el director español para trasladar al espectador el universo dramático que es “Lo Imposible”.

Lo imposible” es una película cuidada al milímetro, sin ningún elemento al azar. La fotografía de Óscar Faura, inmejorable, y la música de Fernando Velázquez es maravillosa y está aplicada a las imágenes de forma porfiada, una proeza, pues resalta los momentos más intensos y dramáticos de manera casi dolorosa, levantando una exaltación palpitante y violenta desde los sentimientos.

La película comienza volando alto y planea alto hasta el final, ayudan al conjunto las creíbles interpretaciones de un grupo de actores que hacen fácil lo dificultoso, protagonistas bien seleccionados, y los secundarios al mismo nivel aportando actuaciones intensas. Sobre todos ellos, la actriz elegida para dar vida a María, Naomi Watts, que demuestra tener un increíble magnetismo y una presencia que llena la pantalla, empapándote de sensaciones en todo momento, hay escenas en que con una mirada te pone el corazón en un puño. Tom Holland se mete en la piel de Lucas, el hijo de María, y destila delicadeza, dureza, dolor, compasión, a la vez que una ternura enorme, se ajusta de lleno en el papel dispuesto a hacer todo lo imposible para conseguirlo.

En “Lo Imposible”, la percepción no es otra que haber asistido a un documental brutal de sentimientos desmedidos. Superación, lucha, esperanza. “Lo Imposible” traduce con solvencia la historia real de una familia con suerte.

Mi enhorabuena a Juan Antonio Bayona. Me ha hecho sufrir mucho con esta película.

Ewan McGregor

Ewan McGregorEwan McGregor (Ewan Gordon McGregor) nació en Crieff, Escocia, el 31 de marzo de 1971.

Ficha en Imdb: http://www.imdb.es/name/nm0000191/

Twitter: @mcgregor_ewan

Sus películas en Comentamos cine:

Crítica: Un traidor como los nuestros (2016)

Crítica: Agosto (2013)

Crítica: La pesca del salmón en Yemen (2011)

Crítica: Indomable (2011)

Crítica: El escritor (2010)

Crítica: Phillip Morris, ¡te quiero! (2009)

Crítica: Amelia (2009)

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