Crítica: Redención (Tyrannosaur)

CartelTras la grata sorpresa de “Perro En Total”, cortometraje que el actor Paddy Considine presentó en el 2007 y con el que consiguió un gran reconocimiento, ahora en 2012 disfrutamos de la misma historia intensificada y ampliada. Critica de la película “Redención (Tyrannosaur)”.

Considine, ahora director y guionista en ésta su ópera prima, abre dos líneas argumentales que se desarrollan en distintos barrios de una misma ciudad pero que están predestinadas a converger en un mismo punto. El actor escocés Peter Mullan, es Joseph, un hombre de cincuenta años viudo, alcohólico y autodestructivo. Desde hace un tiempo su vida se ha complicado mucho, un día conoce a Hannah (Olivia Colman), una mujer religiosa, que se interesa por su estado de ánimo, parece que congenian, aunque con diferencias. Al principio Joseph se burla de su fe y da por supuesto que ella vive feliz y contenta, pero pronto descubre que la vida de Hannah es muy semejante a la suya y que la mujer sufre más de lo permitido.

“Redención (Tyrannosaur)” es una película intensa, plagada de fotogramas simbólicos que va mucho más allá de lo esperado mostrando un tríptico tan sórdido e insatisfactorio como rompedor. Su joven director nos dibuja un condenado mapa de desdichas en un pulso de tonos y egos que no evita el desequilibrio del espectador, poniéndole ante los ojos su enorme banquete de miserias de lo cotidiano. Paddy Considine se permite el lujo de esquivar lo sutil, la presentación preciosista y la forma poética, jugando con los sentimientos, sin sofismas, en un tabú humano que deja petrificado al más animoso de los espectadores. Esta trasgresión de estremecimientos apela al público femenino, (en el mal trato), no es una oda, ni una denuncia feminista: esto queda en segundo plano, es una llamada de cosas que duelen, de culpas, de pérdidas, de humillación, de la empatía del sufrimiento, de lo oculto pero real, de las cosas siniestras que pueden llegar a producirse en el ámbito de la familia… del desprecio.

Realmente sobresaliente es el espacio cerrado de los protagonistas, sus relaciones, sus miedos, su simulación y la supervivencia que llegan a explorar. El personaje deOlivia Colman no es más desgraciado que el de Peter Mullan, en igual proporción los dos padecen, los acercas a ti y te sientes víctima, verdugo, juez y parte de esta loca sociedad en la que vivimos.

El recorrido y la resolución de “Redención (Tyrannosaur)” nos dejarán con el amargo sabor de boca que hemos venido adquiriendo por el camino, el magnífico estudio de personajes, la sobriedad de las interpretaciones y la inteligencia de su estructura narrativa, caminan cogidas de la mano, jugando una partida en la que perdemos todos, Considine viene a decirnos que siempre hay un espejo en el que mirarnos, un espejo perturbador y malicioso, y que un cineasta joven e inteligente aplastará nuestro corazón y hará que escondamos la mirada.

“Redención (Tyrannosaur)” es una película muy dura.