Crítica: Bestias del sur salvaje
20 febrero 2013 Deja un comentario
Puede resultar estimulante y poética, una fascinante carrera al espíritu de lo lirico. Puede llegar a hacerte sentir que estás en armonía con su bella fuerza. Crítica de la película “Bestias del sur salvaje”.
Nos adentramos en la historia de una niña Hushpuppy (Quvenzhané Wallis) que vive con su padre Wink (Dwight Henry) en un lugar aislado del mundo. En el Sur del planeta, el nivel de las aguas está subiendo vertiginosamente y todos los diques se hunden. Al mismo tiempo, los animales salvajes vuelven de sus tumbas.
Benh Zeittlin opta por ocuparse más en bosquejar una buena distribución argumental fuera de lo que sobreviene en el interior de los personajes y lo muestra con naturalidad, en sus manos la niña resulta tan sorprendente como todo el entramado de “Bestias del sur salvajes”, una película confusa, consistente y calculada, dirigida a determinados sectores de espectadores, abiertos a recrearse en atmósferas poco habituales que impulsan personajes y ambientes desoladores.
Los actores, en su mayoría no profesionales, están fantásticos. La niña principal es un descubrimiento por su naturalidad, pero sobre todo, porque acentúa una ternura que enamora a la cámara con cada aparición y hace que creamos a su personaje sin tantear dudas. Benh Zeittlin y Luci Alivar trabajan un modélico guión sirviendo como eje a una dirección superlativa en la que no se consienten exuberancias, cada plano dura lo necesario, y los momentos en los que la cámara debe ser rigurosa están pensados para transmitir impresión buscando siempre complementar una narración que es sencillamente un sonido de brisa. La música de Dan Romer y Benh Zeittlin una exaltación de la tranquilidad y una invitación a dejarse llevar y acompañar. La fotografía de Ben Richardson nos invita a que viajemos por un recorrido que reúne pureza, frescura y naturalidad, el sentido de la imagen flexible y preciosista que dota la representación de un calado sensitivo que va más allá del paisajismo de postal. Menos empecinada es la aparición de los distintos seres surrealistas que hacen acto de presencia en momentos clave de “Bestias del sur salvaje”, con el mejor propósito e imaginación pero sin ayudar a materializar en imagen lo dispuesto desde la entelequia que transporta el guion.
Consigue convencer por ese puñado de verdades humanas que transpiran sus graníticas escenas siempre verosímiles y sensibles, sin forzar jamás el registro sentimental.
Solo hay que mirarla con interés y sabiendo que no es cine comercial.
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