Crítica: Caminando entre las tumbas

Caminando entre tumbasEl director de cine estadounidense Scott Frank, en su cuarta obra para la gran pantalla nos enfrenta a un crudo relato. La frase más repetida en cuanto a ella, es: escalofriante. Crítica de la película “Caminando entre las tumbas”.

Matt Scudder, (Liam Neeson), un expolicía de Nueva York, trabaja como detective privado a pesar de que no tiene licencia. Cuando accede a regañadientes a ayudar a un traficante de heroína a cazar a los hombres que secuestraron y asesinaron brutalmente a su esposa, descubre que no es la primera vez que esos hombres han cometido este tipo de crímenes. Entonces decide recorrer las calles de Nueva York para detener a los asesinos antes de que vuelvan a matar.
La atmósfera que nos ofrece el director es oscura y pesimista. El guión es un trabajo del propio Scott Frank, basado en una historia de la serie de novelas que escribió  Lawrence Block  acerca del policía ex alcohólico Matt Scudder. Y realmente ha quedado bien.

Gran parte del triunfo de “Caminando entre las tumbas” se puede atribuir al gran papel que nos regala el señor Liam Neeson, que lo sitúa a medio camino entre “Mas allá de la muerte”, de 2009,  e “Infierno blanco”, de 2011. Puede ser un film de acción, no lo es; puede reflejar una contexto histórico pero tampoco, y es que en realidad Scott Frank solo se inclina hacia una visión superficial de esta sociedad desquiciada, poniendo en pantalla un producto de una enorme carga psicológica, sin profundizar en monstruos y víctimas, y trabando al tiempo todas las locuras colectivas.

Imagen de Caminando entre tumbasLa primera parte nos da una apertura bastante prometedora, durante la cual nos vamos enganchando con lo que parece ser un juego digno sólo de las mentes más retorcidas, conforme van pasando los minutos, y con la brisa de un sinsentido extremo y una serie de trampas que encadenan un terrible desconcierto, entras sin remedio en un juego de tensión constante.

Podrá gustar o no. Porque el experimento social no está en pantalla, quizá lo analizable y que interesa al público exigente quede oculto, pero en la trama tenemos todo lo demoledor de lo más podrido de la sociedad. La incomunicación y la dificultad en los afectos. “Caminando entre las tumbas”  nos brinda confesiones claras ante la cámara de personajes que es aterrador pensar que puedan existir. El más fuerte en este perfil, el chico marginado en el que Scott Frank funde sus primeros planos, con la soledad, los hechos o los sueños que le martirizan. Sin dudarlo hay todo un cine culto en este film que necesita la pantalla y el espectador. Violencia física y violencia sicológica y todo un sacrificio del espectador ante lo devastador que esconde la realidad fuera del alcance de nuestros ojos.

Con música de Carlos Rafael Rivera y fotografía de Mihai Malaimare Jr., “Caminando entre las tumbas” se sirve de un buen reparto. Liam Neeson llena la pantalla y, junto a él, un grupo de jóvenes actores que aunque algunos no estemos de acuerdo con su perfil en “Caminado entre las tumbas” sacan adelante perfectamente el trabajo que se les asigna: Dan Stevens, Marina Squerciati, Sebastian Roché, Boyd Holbrook,Stephanie Andujar, David Harbour, Briana Marin, Toshiko Onizawa, Purva Bedi,Maurice Compte, Patrick McDade, Luciano Acuna Jr., Hans Marrero y Laura Birn.

La próxima vez que afronte una película de este director tendré que echarle mucho arrojo y fuerza de voluntad, pero eso no evitará que lo siga haciendo porque me gusta lo que hace.

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