Jake Gyllenhaal

Jake Gyllenhaal (Jacob Benjamin Gyllenhaal) nació el 19 de diciembre de 1980 en Los Ángeles, California (EE.UU).

Ficha en Imdb: http://www.imdb.com/name/nm0350453/

Sus películas en Comentamos Cine:

Crítica: Animales nocturnos (2016)

Crítica: Código fuente (2011)

Crítica: Príncipe de Persia. Las arenas del tiempo (2010)

Crítica: Brothers – Hermanos (2009)

Crítica: Animales nocturnos

Con dirección y guión de Tom Ford, basándonse en la novela “Tony and Susan”, de Austin Wright, se ha forjado una exquisita, radiante y espectacular obra para el nuevo mundo del cine. Una oda al disfrute del thriller psicológico. Crítica de la película “Animales nocturnos”.

“Animales nocturnos” narra la historia de Susan Morrow (Amy Adams), una bella y rica mujer, propietaria de una galería de arte de Los Ángeles. Está casada con un guapo y exitoso empresario Hutton Morrow (Armie Hammer) pero no son felices, por algo que no se vislumbra, el matrimonio se ve que hace aguas. Una tarde a su llegada al hogar de regreso del trabajo, Susan recibe un paquete en el que viene una novela de su ex, Edward Sheffield (Jake Gyllenhaal) quien en una nota le pide que por favor la lea. Susan durante tres noches la va leyendo obnubilada por la historia. Un escalofrío en cada renglón, una fatiga y un asombro se apoderan de la mujer que sílaba a sílaba va viviendo la experiencia más sobrecogedora de su vida.

Música, mujeres exageradamente orondas y una sala de arte hábilmente coloreada. Con apenas estos tres elementos y mucho talento para plasmarlo comienza el nuevo largo de Tom Ford, impartiendo lecciones magistrales: una sobre los sentimientos y otra sobre cine. “Animales nocturnos” da buena cuenta del talento de Ford, un cineasta que tiene conocimientos en muchas vertientes que aquí utiliza para trasmitir la emoción de un thriller enrevesado lleno de piruetas visuales, revelando que ni las miradas, las joyas, los vestidos, las bebidas, ni tan siquiera el pelo de los personajes está fuera del mensaje innovador de su obra, todo, hasta lo más insignificante forma parte del minucioso plan que es “Animales nocturnos”.

En “Animales nocturnos”, la novela que llega a manos de la protagonista acaba dejando en las sombras la historia principal, enriqueciendo la red amortiguadora por la que los espectadores nos movemos. En este punto, el interés se centra en el libro que todos estamos leyendo, participando en una historia perturbadora llena de desgarro y dolor. Una realidad y una pesadilla que nos habla a las vísceras. Es impresionante el proceso que se crea entre espectador y los protagonistas, ese lazo golpeado hace que, incapaces de soportar lo que está pasando, en varias ocasiones nos llevemos las manos a los ojos tratando de tapar las heridas. “Animales nocturnos” es inmensa, es violenta, turbulenta. Hecha de raíces de naturaleza humana prendidas a la vida y trasbordada a la locura donde el pensamiento galopa, tiene una excelente presentación y una estética únicas. Hipnótica desde el primer fotograma. Absorbiendo del caudal referencial del original literario y narrándolo con tanta corrección como trazo certero, para mí es una de las películas más destacadas del 2016.

Las interpretaciones, especialmente las de Amy Adams y Jake Gyllenhaal aportan una riqueza inconmensurable a la película. El resto del elenco Aaron Taylor-Johnson, Michael Shannon, Armie Hammer, Isla Fisher, Michael Sheen, Laura Linney, Kristin Bauer van Straten, Karl Glusman, Ellie Bamber, Toni French, Amanda Fields, Karli Karissa, Carson Nicely, Lee Benton, Imogen Waterhouse y Jena Malone también mueven interpretaciones estupendas llenas de dinamismo y expresividad.

A todo lo dicho tengo que sumar la banda sonora magistral del compositor polaco Abel Korzeniowski fusionada a la perfección con la historia.  El irlandés Seamus McGarvey famoso director de fotografía hace una contribución magnífica para esta explosiva y  magnífica película.

Una descarnada despedida. Una historia de amor… que fue…

Una película dura que recomiendo.

Crítica: Código fuente

CartelAntes de iniciar la crítica de «Código fuente», quiero hablar de su director, Duncan Jones,  un joven director de cine nacido en Inglaterra en 1971. En 2002, dejando atrás su carrera de filosofía y recién terminados sus estudios en la London Film School, se lanza y realiza el magnífico cortometraje “Whistler” con Charlie Hicks, donde ensambla su trazo por la ciencia ficción, recreando atinadamente a un atípico padre de familia. A continuación, comenzó a trabajar en su siguiente película “Moon”, en la que Sam Rockwell realiza un magnífico papel, metiéndose en la piel de un astronauta aislado en una excavación minera de la Luna; esta película fue recibida con sorpresa por el público, aplaudida por la crítica y muy reconocida en los festivales en los que se exhibió, de los que posee gran número de premios. Animado por la buena acogida de sus anteriores trabajos y ansioso por responder a las exigencias de su público, nos presenta su nueva obra “Código fuente” y, en ella, el dilema de un hombre que adquiere un tremendo compromiso, con implicaciones que van más allá de lo imaginado y a través de lo intemporal.

El capitán Colter Stevens (Jake Gyllenhaal) es un soldado que sin saberlo ni comprenderlo, forma parte de un programa experimental del gobierno para investigar un atentado terrorista; cierto día, despierta en el cuerpo de un viajero del tiempo cuya misión es vivir una y otra vez el atentado hasta que consiga averiguar quién es el culpable. Conduce el proyecto la oficial de comunicaciones Colleen Goodwin (Vera Farmiga) que controlará a Steven en sus idas y venidas. En una de esas incursiones en el tren conoce a Derek Frost (Michelle Monaghan) con la que se simpatiza irremediablemente y con la que recorrerá este universo fantástico.

Jake Gyllenhaal da vida al personaje principal, ese chico que se alistó y marchó a la guerra de Afganistán, pero que no sabe cómo está ahí, pasando por estas distintas etapas emocionales y las diferentes situaciones peculiares. Justo ahí es cuando el contexto condiciona al personaje, para ir despegando vías probables y lograr más allá de lo exigido, Gyllenhaal lleva a cabo una de sus mejores actuaciones hasta el momento.

Jones, dirigiendo “Código fuente”, muestra un buen equilibrio y una excelente forma de aprovechar las ocasiones para dar un frenético movimiento a la acción. El tema está lejos de ser innovador pero, “Código fuente”, posee un serio guion, su forma de narrarlo y plasmarlo cobra, en las manos de Duncan Jones, numerosos matices totalmente inauditos, además de los acertados giros y variantes que mantienen la intriga y la sorpresa. Esta película hace que te encajes bruscamente en las teorías del tiempo y el espacio. La segunda realización de Duncan Jones contiene detalles admirables para mantenernos pegados al asiento, aunque no puede negarse que su feudo también tiene detalles negativos como la repetitividad, redundando casi en lo mismo cada pocos minutos, quizás sea demasiado el tiempo en el que estamos metidos en su bucle temporal.

El mismo ímpetu que da buen criterio a este largo no permite llevar a mejores cuotas una película en que la resolución se disfraza de pobreza, adornada con repiqueteo de acordes novelescos, dándole un toque romántico e innecesario y dejándose indudablemente algunos filos sin hilvanar.

“Código fuente” es una película muy recomendable para los aficionados a la ciencia ficción. El film es una aceptable propuesta y tiene un buen planteamiento para espectadores amantes del género. Yo he sacado de ella, el descontento inexorable con el terrorismo y la cara amable del ser humano.

Una curiosidad, el director de esta película es hijo de David Bowie.

El Príncipe de Persia. Las arenas del tiempo

No es habitual que mi comentario dé comienzo hablando de la banda sonora, en este caso lo hago porque quiero resaltar este aspecto de la película. El director musical de “El Príncipe de Persia.Las arenas del tiempo”es Harry Gregson-Williams. Hablar de este compositor supone un ejercicio agradabilísimo, pues estamos ante uno de los músicos de cine, series y videojuegos más codiciados en Hollywood en los últimos años, su estilo se deja identificar en cada una de sus obras. Cada trabajo que realiza es una confirmación de su maestría. En esta película la premura de las notas del músico hacen que el espectador sienta con mas énfasis lo que el director quiere transmitir. Adentrándonos en el análisis musical de esta película debo decir que destaca la potencia de la música con cierto aire oriental y legendario, atento en todo momento a puntuar las situaciones más importantes de la historia. Con unas entrañables notas que acompañan al héroe en cada instante de esta aventura fantástica. La música envuelve maravillosamente todo el espacio.

La película está dirigida por Nike Newell, cineasta inglés de carrera muy reconocida y que hace películas totalmente dispares, su ópera prima fue en el año 1977 “La Máscara de Hierro”, después vinieron muchas más “Donnie Brasco”, “Cuatro Bodas y un Funeral”, “Harry Potter y el Cáliz de Fuego”, “Un Abril Encantado”, “Fuera de Control”, “El Amor en los Tiempos del Cólera” y más títulos que le han hecho brillar en el celuloide. En esta ocasión recrea para el cine la adaptación de una saga de videojuegos de Jordan Mechner, con los  que creo que muchos hemos jugado en mayor o menor medida.

En el film, la historia que se desarrolla en el siglo VI en Persia, se nos presenta así: Dastan (Jake Gyllenhaal) apenas tiene diez años cuando es recogido de la calle por el rey Sharaman. Pasa el tiempo y ya es un hijo más para el monarca, está integrado con sus hermanos como miembro familiar de sangre, participando en invasiones, guerras y ataques a ciudades por conquistar. Un día, dirigiéndose hacia Azad, los tres hijos del rey, derrotan al poderoso Maharajá de la india, en la ciudad de Almut, pues se decía, se rumoreaba, que tenía armas de destrucción prohibidas. Este lugar está defendido por las tropas de la princesa Tamina (Gemma Arterson) una misteriosa y bella mujer. El destino hace que los invasores se apoderen de una daga mágica, dicho instrumento tiene el poder de controlar el tiempo y una leyenda que dice que es regalo de los dioses.

Al margen de la aportación artística, el príncipe de Persia engrandece más si cabe la figura de Newell , por un motivo, aun tratándose de una complicada adaptación que la hace menor a sus cotas cinematográficas (algunas arriba señaladas) en las dos horas de duración tiene motivos para hacer sentir mal a mucho de lo que en este momento tenemos en cartelera, incluso tiene todo lo necesario para que arrase en taquilla.  Es una película dispersa, ambiciosa, en ningún caso tan redonda y excelente como lo anterior pero, incluso teniendo en cuenta sus fallos, que los tiene, el balance global es que como divertimento apunta alto. Contiene detalles y una recreación  buenísimos, efectos especiales fieles a la idea original, los paisajes del desierto, la imagen del fabuloso palacio, las panorámicas de la ciudad, todo está cuidado para un resultado impecable.

Otro punto alto es la actuación de Jake Gyllenhaal, un actor que a mi juicio siempre cumple de forma idónea los papeles que le he visto desempeñar; Ben Kingsley  logra un papel mediano, este actor (que me encanta) creo que podía haber dado un poco mas de entrega en su interpretación, a Gemma Artenton no se la puede valorar muy positivamente, me parece que su actuación es demasiado fría. Pero en conjunto todos sacan el producto mágicamente, Walt Disney y Jerry Bruckheimer saben bien lo que producen, ya vienen de lejos, aquí han apostado fuerte por una historia sobre el poder del tiempo y las traiciones dentro de una leyenda extraordinaria.

En resumidas cuentas una película que posiblemente no llevaré para siempre en mi memoria pero que en el momento de verla he sentido que ha merecido la pena acomodarme en la fila doce, sala dos, de los cines donde habitualmente se alimenta mi avidez cinéfila.

Yo la recomiendo para todas las edades. Entretenimiento cautivador.

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