Edén al oeste

Eden al Oeste

El director franco-griego, Konstantinos Gavras, nos toca de nuevo la fibra con una de sus películas «Edén al Oeste». Este cineasta griego, residente en Francia, siempre comprometido con los temas sociales denuncia, en esta ocasión, el tema de la inmigración. De esta forma convierte en protagonista al sufrimiento, aún cuando la película está llevada de forma amena.

Nos cuenta la historia de un chico que quiere llegar a Paris desde Grecia. Embarcado en un bote con una treintena de personas inician la travesía a la tierra prometida con la esperanza de una oportunidad para sus malogradas vidas. Pero, como siempre, al llegar a la costa, la policía los captura. El protagonista, Elías (Ricardo Scamarcio, Tengo algo que deciros), puede saltar al agua y aquí empieza su peregrinaje en tierra.

El protagonista, junto con el resto de los actores, son el vehículo que nos lleva a hacer el recorrido a través de la historia. Este desconocido actor no tiene una actuación deslumbrante pero es fiel a lo que representa.

Costa Gavras, de forma desgarradora, nos dice lo segregacionistas, indolentes y desconsiderados que somos con esta gente que está de espaldas a nuestro mundo, “los nuevos parias de la tierra”. Ellos sólo buscan el estado del bienestar y la prosperidad que nosotros disfrutamos.

El cine de este director, siempre en la línea del compromiso, denunció el fascismo en la alta sociedad en “La Caja de Música” y en “Senderos de Traición”, arremetió contra la política griega en “Z” y contra la rusa en “La Confesión”, se manifestó en contra de los militares latinos en “Estado de Sitio” y contra Pinochet en “Desaparecido”, así mismo obró contra el holocausto judío en “Amén” y contra los nazis en “Sesión Especial”.

Después de una etapa de cine, digamos, “americano”, a mí, “Edén al Oeste”, me parece que nos muestra una línea muy francesa. Sea cual sea su técnica al trabajar, este director, a través de su cine, nos dice que no perdamos el norte del trasfondo humano. Explica determinadas cuestiones que hay que poner sobre la mesa, como la vida de la gente que entra ilegalmente en los países desarrollados. Su situación los condena a una imperdonable cladestinidad.

Sobre la resolución final os lanzo una pregunta: ¿qué mensaje nos está dando este buen director de cine? Espero vuestros comentarios.