Crítica: Cartas a Julieta

Cartel“Cartas a Julieta”... Vamos a hacer la crítica de una película de corte romántico inconsistente, fantasía americana con buen sentir de nuestra querida Italia, encuentros del pasado y del amor con ribetes rosas, narración idealizada, que se sale un poco de la cruda realidad, de la mano de Gary Winick, que como siempre nos muestra historias sin inconvenientes, predominantemente de mujeres. Criaturas agradables, simpáticas, divertidas o bellas; para esta película  Winick cuenta con el guión de José Rivera y Tin  Sullivan, la música depende de Andrea Guerra y  la fotografía es de Marco Pontecorvo.

En “Cartas a Julieta”,  Sophie Hall (Amanda Seyfreid) es una elegante chica que trabaja en una revista como captadora de noticias. Muy pronto se casará con su novio Víctor (Gael García Bernal), pero antes de la boda quieren darse una fiestecita, y deciden pasar unos románticos días en Europa. El país elegido, Italia, el lugar Verona. Sophie y Víctor pasan dos primeros días maravillosos pero al tercero, el encanto culinario y  vinícola, de la ciudad, es tan fuerte, que Víctor alucinado por la variedad de ofertas de aprendizaje en restauración, decide dedicarse a adquirir conocimientos que le sirvan de ayuda en su restaurante, con lo que se emplea de lleno en recibir cursillos acelerados, Sophie tiene mucho tiempo sola y lo aprovecha para conocer bien esta bella ciudad. Solitaria y feliz visita las famosas murallas, el anfiteatro, la plaza de la hierbas, las arcas escaligeras, el arco del triunfo, pero por lo que Verona es más famosa, es porque Shakespeare situó allí los hechos de la famosa historia de amor (no se sabe si real) entre Romeo y Julieta. Aquí se encuentra nuestra protagonista en la puerta de la famosa casa de Julieta, bajo su balcón. Por aquí pasan al día miles de visitantes para ver el atractivo y romántico sitio, Sophie que está concentrada en todo lo que ve, se fija que en una pared de la casa, las mujeres van dejando pegadas hojas escritas que alguien recoge al caer la tarde, investiga y se cerciora que son cartas que le escriben a Julieta, cartas de amores perdidos y amores no correspondidos. Al siguiente día y como atraída no se sabe por qué extraño poder allí la guapa Sophie va al muro de los amores tristes y tampoco se sabe por qué birlibirloque cae un pequeño bloque de cemento de la pared ,que arropaba de ser vista  una carta que alguien escribió hace 50 años…

En «Cartas a Julieta» no estamos ante un guión depurado, es más, adolece de ser archiconocido, ni ante una dirección espléndida, las interpretaciones tampoco son formidables, su alegato que en todo instante narra un cuento de lo más sonrosado, sí ,está tratado con ternura. Lo más destacable, es la alegría y el frenesí que muestran los  personajes y la inocente manera con que se narra la historia, pero Winick no ha sabido conceder a la película el suficiente equilibrio de una veracidad que con insistencia salta en pedazos, demasiados tópicos, puesta en escena calcada, más pendiente de acentuar los actos aparentemente sugestivos, (se fija demasiado en la preciosista fotografía), que de trabar con un mínimo de firmeza y relación. Una historia que ya se ve no es un fenómeno de eficacia ni indiscutiblemente de singularidad.

Resaltar los hermosos paisajes de Verona, luminosa, cordial, seductora, que nos satisfacen y maravillan, sirviendo de acompañamiento ideal y, como contextual tratamiento de una narración que nos ha hecho sonreír y de un desenlace que te dice que nada es imposible ni injustificable para el amor.

Tierna y azucarada como una tarta de varios pisos.

One Response to Crítica: Cartas a Julieta

  1. maria says:

    NECESITO UNA ENTRADA DE «CARTAS A JULIETA» DEL KINEPOLIS (que ya esté usada), gracias

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