Crítica: Torrente 4 – Crisis letal

CartelEn la presente critica de “Torrente 4 – Crisis letal” no sólo vamos a analizar la obra, también hurgaremos un pelín en el talento pendular de Santiago Segura, con El brazo tonto de la ley, Misión Marbella y El protector. Con la primera, Segura, sin pasión, lirismo ni piedad, crea ese personaje grosero y maleducado que cautiva a la masa de espectadores, con la segunda no alcanza las expectativas de la primera pero los incondicionales ahí siguen para verla y repetirla, la tercera contiene una regularidad con resultado más malogrado para los muy aficionados, pero igualmente imprescindible… y aquí estamos con “Torrente 4 – Crisis letal”.

Vaya por delante que cada día que asistimos al cine, en total en la sala, no habrá más de veinte personas, a veces ni seis, a no ser, que sea un estreno con mucho marketing, pues señores: el viernes en los cines que acostumbro, se habían habilitado cuatro salas para el evento que se estrenaba: “Torrente 4 – Crisis letal”. Hace tiempo que no veía en ese sitio tanta gente.

Un público variopinto, pero generalmente jóvenes, con ganas de pasar el rato de cachondeo, pues esto es lo que atrae de esta película, nuevamente, lo irrazonable, lo incorrecto y los antiestético están a la orden del día en esta divertida e irreverente película, la cual vuelve a gozar del talante caricaturesco de un inteligente Santiago Segura que explota ya por cuarta vez unos recursos que son fuente de dividendos.

Santiago Segura, en el papel de Torrente, el policía ahora detective, sucio, facha, intolerante y seguidor del Atleti, a quien le asignan otra peligrosa misión, en cuyas redes caerá como un pajarito. Después, su único sentido en el transitar por su indecente y intransigente vida, es desenmascarar a solapados facinerosos que le han trucado la existencia, y hacer alarde de lo bueno que es en su profesión, quizás ya no sea tan novedoso el ver a Santiago Segura hecho un verdadero asqueroso grosero mugriento pero eso es lo que te da su saga y lo que se espera de sus trabajos, dar asco, la clave del éxito de todas sus entregas.

Esta continuación es igual de indomable y expedita que las anteriores vistas. Es más, hasta me parece que es más escatológica aún, será quizás por el 3D.

Los amigos que componen el reparto, no es que estén más acertados o menos, lo que ocurre es que al ser caras muy conocidas y no habituales en el cine, cuando la cámara los capta, el espectador se sorprende, automáticamente se suelta el chiste adecuado y por ello, la risa es incontrolable. En fin, que no la recomiendo porque sólo es película para incondicionales (que son muchísimossssssss). Entre los cameos, Cesc Fábregas, David Bisbal, Belén Esteban, “El Langui”, Kiko Rivera, Andreu Buenafuente o Ana Obregón.

Eso sí, de nuevo hago hincapié en el gran talento comercial de este hombre Santiago Segura, no hace cine de escuela nacional, no hace cine costumbrista, no hace cine de parodia: no hace cine… pero arrasa en taquilla.

 

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