Crítica: Código fuente

CartelAntes de iniciar la crítica de «Código fuente», quiero hablar de su director, Duncan Jones,  un joven director de cine nacido en Inglaterra en 1971. En 2002, dejando atrás su carrera de filosofía y recién terminados sus estudios en la London Film School, se lanza y realiza el magnífico cortometraje “Whistler” con Charlie Hicks, donde ensambla su trazo por la ciencia ficción, recreando atinadamente a un atípico padre de familia. A continuación, comenzó a trabajar en su siguiente película “Moon”, en la que Sam Rockwell realiza un magnífico papel, metiéndose en la piel de un astronauta aislado en una excavación minera de la Luna; esta película fue recibida con sorpresa por el público, aplaudida por la crítica y muy reconocida en los festivales en los que se exhibió, de los que posee gran número de premios. Animado por la buena acogida de sus anteriores trabajos y ansioso por responder a las exigencias de su público, nos presenta su nueva obra “Código fuente” y, en ella, el dilema de un hombre que adquiere un tremendo compromiso, con implicaciones que van más allá de lo imaginado y a través de lo intemporal.

El capitán Colter Stevens (Jake Gyllenhaal) es un soldado que sin saberlo ni comprenderlo, forma parte de un programa experimental del gobierno para investigar un atentado terrorista; cierto día, despierta en el cuerpo de un viajero del tiempo cuya misión es vivir una y otra vez el atentado hasta que consiga averiguar quién es el culpable. Conduce el proyecto la oficial de comunicaciones Colleen Goodwin (Vera Farmiga) que controlará a Steven en sus idas y venidas. En una de esas incursiones en el tren conoce a Derek Frost (Michelle Monaghan) con la que se simpatiza irremediablemente y con la que recorrerá este universo fantástico.

Jake Gyllenhaal da vida al personaje principal, ese chico que se alistó y marchó a la guerra de Afganistán, pero que no sabe cómo está ahí, pasando por estas distintas etapas emocionales y las diferentes situaciones peculiares. Justo ahí es cuando el contexto condiciona al personaje, para ir despegando vías probables y lograr más allá de lo exigido, Gyllenhaal lleva a cabo una de sus mejores actuaciones hasta el momento.

Jones, dirigiendo “Código fuente”, muestra un buen equilibrio y una excelente forma de aprovechar las ocasiones para dar un frenético movimiento a la acción. El tema está lejos de ser innovador pero, “Código fuente”, posee un serio guion, su forma de narrarlo y plasmarlo cobra, en las manos de Duncan Jones, numerosos matices totalmente inauditos, además de los acertados giros y variantes que mantienen la intriga y la sorpresa. Esta película hace que te encajes bruscamente en las teorías del tiempo y el espacio. La segunda realización de Duncan Jones contiene detalles admirables para mantenernos pegados al asiento, aunque no puede negarse que su feudo también tiene detalles negativos como la repetitividad, redundando casi en lo mismo cada pocos minutos, quizás sea demasiado el tiempo en el que estamos metidos en su bucle temporal.

El mismo ímpetu que da buen criterio a este largo no permite llevar a mejores cuotas una película en que la resolución se disfraza de pobreza, adornada con repiqueteo de acordes novelescos, dándole un toque romántico e innecesario y dejándose indudablemente algunos filos sin hilvanar.

“Código fuente” es una película muy recomendable para los aficionados a la ciencia ficción. El film es una aceptable propuesta y tiene un buen planteamiento para espectadores amantes del género. Yo he sacado de ella, el descontento inexorable con el terrorismo y la cara amable del ser humano.

Una curiosidad, el director de esta película es hijo de David Bowie.

A %d blogueros les gusta esto: