Crítica: El último Elvis
5 septiembre 2013 Deja un comentario
“El ultimo Elvis”, película de nacionalidad argentina, escrita y dirigida por Armando Bo, se adentra en los sentimientos. Una película en la que veremos hasta dónde sería capaz de llegar un hombre para salvar sobre lo que se cimenta su vida: sus ideales, sus sueños.
Nicolás Giacobone es Carlos Gutiérrez, «Elvis», un cantante separado que vive en un olvidado barrio de Buenos Aires y que tiene una pequeña hija llamada Lisa Marie (Margarita López), con la que se encuentra en pocas ocasiones. Siempre vivió a su aire como si fuese la reencarnación de Elvis Presley, negándose a aceptar su realidad. Pero está a punto de alcanzar la edad que su ídolo tenía al morir y su futuro se muestra vacío. Una situación inesperada lo obliga a hacerse cargo de su hija. En esos días, Carlos logra conocerse como padre y Lisa Marie aprende a aceptarlo tal cual es. A partir de ahí, Carlos se encontrará frente a una encrucijada.
El cine de autor, “cine humilde”, últimamente me está deparando incontables alegrías. Esa pureza, ese lenguaje visual tan extremo, tan desnudo, ese filo punzante que tiene, es para mí algo adictivo y valioso. En esta ocasión le ha tocado a Armando Bo, el escritor del guion de la película “Biutiful”, de Alejandro González Iñárritu que protagonizó nuestro querido actor Javier Bardem en 2010. El joven director de cine se estrena en la dirección con 34 años y acabará de encontrar su sitio a tenor de lo visto en esta obra. Él continuará facturando cine pero este inicio siempre lo recordaremos. Nicolás Giacobone, su actor principal, también hace su primera incursión en la gran pantalla protagonizando este film sobre imitadores, música y traumas, con un carisma entrañable e ingenuo dando vida a miedos, temor, sufrimiento, remordimientos, valentía, tristeza, impotencia y alegría. El debutante actor se mete en la piel de Elvis como metido está en la piel de Carlos el arquitecto que imita al cantante, sin duda inmejorable su desarrollo del personaje complejo, ese hombre robusto y poco agraciado. Un buen inicio para su carrera.
“El último Elvis” es la historia de una vida, como tantas, menos llena de aciertos que de equivocaciones, más escasa en júbilos que en tristezas, pero sin demasiadas espinas que hagan provocar el llanto.
Con un estilo visual y musical más que armonioso, Armando Bo firma esta película que a duras penas sorprende pero que no decepciona en absoluto. Puede que la historia ya nos la sepamos de memoria, que nos resulte familiar, pero hay en ella un subrayado de sutil emotividad, un tono dramático e intenso. Al director se le percibe siempre manejándose en una postura sobria y contenida para intentar abordar cada escena de la forma más honesta, en cada minuto la intriga que se mueve sobre una vida desordenada es mayor gracias a la magistral mezcla de sentimientos que fluyen y ahí radica la fuerza de este film, su argumento generoso y lo que este provoca. La banda sonora de Sebastián Escofet cuenta, con suave cadencia, una historia soledades que puede ser reconstruida en nuestra imaginación a partir de las mínimas piezas del puzzle que el director nos entrega.
Palabras del director en una reciente entrevista: “Imbuido de cine desde pequeño, siempre pensaba en qué tema escogería para mi primera película. La temática sobre la falta de personalidad, la negación, el querer ser otro siempre me atrapó. También el tema de la fama: cómo la gente endiosa a otros. Mi familia era relativamente famosa, no grandes estrellas pero uno ve cómo se acerca la gente en la calle y eso siempre me sorprendió. Todos estos temas los puse en la película.”
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