Crítica: Regreso a casa

regreso-a-casaLa novela “El Criminal Lu Yanshi”, de Yan Geling, desborda inspiración y dramatismo y en ella basa su último film el director chino Zhang Yimou, como ya lo hizo con una anterior novela de esta gran autora “Las trece mujeres de Nankín”, con el título para el cine “Las flores de la guerra”, en 2013. Crítica de la película “Regreso a casa”.

Ambientada a principios de los años setenta, en pleno apogeo de la Revolución Cultural de Mao, el profesor Lu Yanshi (Chen Daoming), preso político en un campo de trabajo, se escapa para ver a su familia después de diez años de reclusión. Su esposa la profesora Wanyu (Gong Li) y su hija, Dandan (Zhang Huiwen), no esperan su regreso y al ser avisadas por las autoridades sufren un fuerte choque de sentimientos, la vida de ambas mujeres ha cambiado. La niña vive para la danza y sueña con el papel protagonista en un próximo estreno. Y Wanyu, metida en un entorno social que no le favorece y al que no sabrá adaptarse nunca, encarna la sumisión pero a la vez la rebeldía de ese mundo cerrado e autoritario. El amor entre Lu Yanshi y Wanyu vive en la necesidad de saltar las normas impuestas y ahora Yanshi es un preso fugado. Un hombre a cazar…

Lo más grande de “Regreso a casa” es la habilidad con que Zhang Yimou nos conduce por su discurso evitando cualquier asomo de rechazo ante lo abrumador de su transparencia. Consigue recubrir su película de emoción y llevarnos hasta la conclusión en volandas con un nudo en la garganta y el pañuelo entre las manos. Esto es puro cine. En algunas películas de las buenas, te gusta quedarte con determinadas escenas que te llegaron más, con momentos que han destacado a través de la narración, en “Regreso a casa” el admirable guion de Zhou Jingzhi, la exactitud en la puesta en escena, la magnífica ambientación y, finalmente, el perfil de un amor desgraciado, dilatado en la resignación, que nos llega sin caer en excesos y que compone un auténtico ramillete de rosas, tejidas a las voluntades de los protagonistas, nos hace quedarnos enganchados a todo el recorrido porque todas sus imágenes, del director de fotografía Zhao Xiaoding, junto a la música del maestro Chen Qijang, son un poema latiendo en el pulso cansado de un poeta. Queriendo reflejar y reflejando aquello que el ser humano necesita olvidar mientras la vida pasa. imagen-de-regreso-a-casaY consiguiendo fielmente la intensidad de una película inimaginable sin Zhang Yimou, un director de cine que escapa a cualquier elogio, su maestría está muy por encima.

La historia parece construida en función de los actores que, a sus órdenes, funcionan a las mil maravillas. El elenco, empezando por la sorprendente Gong Li con su magnífica cara de mujer sencilla y siguiendo con el indescriptible Chen Daoming, en su inquieto equilibrio interpretativo, sin dejar atrás a la estupenda Zhang Huiwen, que es en la película una buenísima interpretación de sordidez y sensibilidad, y siguiendo con Guo Tao, Yan Ni, Li Chun, Zhang Jiayi, Liu Peiqi, Ding Jiali, Xin Baiqing, Zu Feng y Chen Xiaoyi, hasta el último secundario, es admirable.

“Regreso a casa” de Zhang Yimou, una magnífica pirueta cinematográfica de un artesano de la imagen y los sentimientos. No digo que sea su mejor película, digo que es muy buena.

Véanla.

Crítica: Las flores de la guerra

 Cartel de Las flores de la guerra“Las trece mujeres de Nankín”, basada en hechos reales, es un libro en el que Yan Geling narra un episodio de una terrible guerra, el ejército japonés contra el pueblo chino. En 2013, Zhang Yimou la obtiene para el cine y nos la describe en imágenes duras y punzantes. Crítica de la película “Las flores de la guerra”.

No es necesario poner al director chino Zhang Yimou a salvo del cargo de que su mirada se dirija siempre al mismo espacio como se está oyendo por algunos medios. Su examen siempre está dirigido al espectador y a su tierra, eso no nos debe sorprender. Zhang Yimou eternamente necesita mostrar sus personajes como una exaltación del hombre en su lado bueno y su lado nocivo, y lo podemos detectar en todas sus películas desde “Sorgo Rojo”, 1987, hasta “El amor bajo el espino blanco”, 2010, película que vimos el año pasado después de esperarla mucho tiempo. La clave de este buen director es su rotundo tratamiento, la rigurosa alternancia y sus ingenios al mostrar el pánico humano y la maldad del mismo ser en situaciones distintas.

 Zhang Yimou vuelve a tensar la cuerda por un punto esencial, bridándonos una majestuosa denuncia histórica.

En 1937, durante la segunda guerra chino-japonesa, John (Christian Bale), un maquillador de cadáveres, llega a la iglesia católica Santa María Magdalena de Nankín para preparar al párroco, el padre Engelmann antes de su entierro, pero en ese momento las terribles acciones del ejército invasor japonés convierten a John en el único adulto entre el grupo de alumnas del convento y el grupo de prostitutas de un burdel cercano. El americano se encontrará en una posición comprometida como guardián de los dos grupos ante las barbaridades del ejército ocupante japonés.

Imagen de Las flores de la guerraMás allá, de la novela en la que se basa y que es una literatura histórica “Las flores de la guerra” es una historia estremecedora bien contada en el cine, con ritmo, caracteres y brillos siempre presentes. La conjunción trágica y sentimental es el objetivo principal de esta película, pues, mientras que el primer elemento funciona estupendamente, ayudado por los hechos que se muestran y por la tensión sabiamente aplicada en escenas de una tremenda crueldad, el segundo aspecto cae por su propio peso como derivación sensitiva.

No es ninguna casualidad que Zhang Yimou desarrolle una dirección ambiciosa y sorprendente, el guión, es un punto fuerte retratando el marco de la guerra como realmente imaginamos que pudo ser. Como cada vez vemos en el trabajo de Zhang Yimou una muestra, además, de que lo único importante en una película es una buena historia y unos diálogos directos e inequívocos para mantener la forma de fondo principal. Nada pasa desapercibido, un gran trabajo de fotografía y unos perfectos juegos de cámara, dan crudeza a los momentos de acción. La música, acompaña de forma ligera y pausada sin que en ningún momento pase a ser protagonista de la escena pero forjándose como un regalo de acompañamiento. Los actores : Niní, Xiyi Zhang, Xiting Han, Doudu Zhang, Dawer Tong, Atsurô Watabe, Kefan Cao, Yangchunzi Yuan, Jia Sun, Yuemin Li, Bai Xue, Takashi Yabayashi, Shigeo Kobayashi y muchos más dan un gran enfoque a sus personajes deslumbrando desde la interpretación.

Recordamos que Lu Chuan ya nos habló en 2010 de esta terrible guerra con su película “Ciudad de vida y muerte.

“Las flores de la guerra” se puede considerar como algo más, es una película que sin ser una obra maestra, es inteligente y reflexiva. Una obra en la que el honor tiene una significación indigna a la vez que se fragua dentro de ese infierno un sutil códice de humanidad y entrega.

Crítica: Una mujer, una pistola y una tienda de fideos chinos

Cuando las raíces de la incomprensión nos arrastran a los más profundos abismos, ¿qué estamos dispuestos a pagar para alcanzar el equilibrio?… Nuestro tiempo aprovechado en la crítica de la película “Una mujer, una pistola, y una tienda de fideos chinos”, el guión está basado en la primera película que dirigieron los hermanos Cohen “Sangre fácil” (1988), y la dirige: Zhang Yimou.

Escribir sobre la filmografía de Zhang Yimou es hablar del cine con mayúsculas, este director magistral, con su estética oriental, ha dado al mundo del celuloide verdaderas obras imprescindibles, un símbolo en la jerarquía de cineastas chinos, como muestra y para recordar: “La semilla del crisantemo”, “La linterna roja”, “Vivir”, “Camino a casa”, “Ni uno menos”, “La casa de las dagas voladoras”, y tantas y tantas historias embriagadas y ensalmadas de su hechizo mágico.

El signo más característico de Zhang Yimou, sin lugar a dudas, es el drama rural chino y para ello adapta del original, dándole al argumento una enorme importancia y concediéndole su individualidad.

La productora presenta esta sinopsis: Wang es un hombre pesimista, astuto y avaricioso, dueño de una tienda en la que se sirven fideos chinos en una ciudad situada en un paraje desértico de China. No hace caso de su esposa, una mujer de lengua viperina, que tiene una aventura amorosa con Li, uno de los empleados de Wang. Li es un hombre tímido que, muy a pesar suyo, acaba guardando la pistola que su amante ha comprado para matar a su marido. Pero Wang está al tanto de todo lo que hacen. Soborna al agente de policía Zhang para matar a la pareja. Visto así, el plan es perfecto: todo se solucionará gracias a un final sangriento y cruel perfectamente satisfactorio para él. O al menos, eso piensa. Pero el malévolo Zhang tiene otra idea en la cabeza. Y según se complica la trama, correrá más sangre y la violencia será cada vez mayor.

Zhang Yimou nos demuestra en “Una mujer una pistola y una tienda de fideos chinos” que la misma historia se puede escribir en diferentes lenguajes y dibujar con diferentes colores. Los suyos, sus colores, son aquellos que después de ver una de sus películas aún persisten comprimidos en la retina del espectador. Con un blasón valedor de un gran ascenso trágico, presenta personajes como estereotipos sociales de acciones concretas, inclinándose en esta película por una concepción más teatral del relato, y buscando la tensión a través de la prosperidad dramática, eso no quiere decir que se niegue el valor de la comicidad en la obra, pues realmente comedia negra, es lo que es, “Una mujer una pistola y una tienda de fideos chinos”.

Espacios y tiempos, atmósfera densa, paisaje artesanal, infidelidad y maltrato, y un director reinventando, Zhang Yimou, caricaturiza a los personajes forjándolos burlescos. Para esta repetición violenta que deja transparentarse al cineasta que la realiza, su virtuosismo estético, la preciosista puesta en escena, su particular paleta de colores. En fin, una película verdaderamente definida… también en honor a la verdad, debo decir que no llega donde llegaron otras. “Una mujer, una pistola y una tienda de fideos chinos” es un título menor en la brillante carrera de este gran director.

Los actores: Honglei Sun, Xiao Shen, Ni-Yau, Dahong Ni, Mao Mao, Ye Cheng.

Una mirada diferente de una misma representación.

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