Los sustitutos

los_sustitutosJonathan Mostow, vuelve a los cines con “Los  sustitutos”, película de ciencia ficción, basada en la novela cómic de Robert Vendetti y Brutt Wendele .

Fundamentada en un futuro lejano, donde los seres humanos, actuarán  a partir de replicas individuales y mejoradas de sí mismos llamadas sustitutos. Así, los humanos permanecen en sus casas tranquilitos y el sustituto va haciendo todo… pero las cosas se complican con una serie de crímenes, momento en el que entra nuestro héroe, el agente Greer (Bruce Willis, Red) que tendrá  que salir a la calle, solo, sin sustituto, y arreglar este problema.

No esperéis al héroe incombustible al que Willis nos tiene acostumbrados, aquí, es un policía sombrío atrapado en una vida insustancial, donde nadie es lo que parece, no nos regala sus famosas frases de machito chulín, eso sí, en esta deformación de la realidad, sigue salvando vidas en masa. (Aunque creo que se han pasado, 1000 millones son muchas vidas).

Willis como humano y como sustituto lo hace muy bien,  sigue  siendo uno de los grandes del cine americano. A él se une Radha Mitchell (The Crazies).

En esta película futurista, creo que el director no ha sabido plasmar la idea en la pantalla; pienso que le ha faltado imaginación, la imagen es demasiado sintética, toda la trama demasiado previsible, con gran cantidad de agujeros de lógica. Me resultó a ratos, aburrida, pues las alternativas que me muestra no son suficientes para su visionado. No aporta nada de creatividad, ni tiene elementos nuevos, ante una temática como es el mundo de los robots y su poder sobre la Humanidad. Luego, está la moralina que le pone a la vida del personaje principal. Me  parece que no encaja este manido  lagrimeo.

Son muchas cosas las que no tienen coherencia dentro de este film. Como entretenimiento puede funcionar, pero nada más.

Apenas tolerable, aprobada escasamente.

Un toque de canela

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«Un toque de canela» nos cuenta la vida de un niño, “Fanis”, criado en Estambul pero de procedencia griega. Vive con sus padres y su abuelo “Vassilis”, que tiene una tienda de especias, en un zoco de Estambul. El abuelo es un virtuoso culinario que le inculca al crío que, tanto en la comida como en la vida, hay que poner un poquito de sal y canela para darle su justo toque de sabor. Cuando el niño cumple siete años los extraditan a Grecia separándolo de su abuelo y de esa maravillosa ciudad.

A partir de aquí, algo más que sangre bombeara su corazón, mantiene en sus recuerdos una sintonía estrecha con los aromas, los sonidos y los colores. Él, fiel a su mentor, elabora los platos más exquisitos, con su punto de aroma, pero no se da cuenta que a su vida no le ha puesto los condimentos. Junto a sus padres sufre en gran medida el desarraigo del inmigrante… y pasan los años.

Tassos Boulmetis es director y guionista de esta película, -se dice que es autobiografica-. Boulmetis hace una historia con total maestría, mostrándonos a la vez la tensión Greco-Turca con carácter sociohistórico, y de otra parte su particular filosofía de vida y el deleite de los sentidos. Narración comedia dramática con un adecuado prisma humanista y un canto al buen gusto. No tengo que convencer de mi particular visión de esta bellísima historia. La música aún me suena en los oídos, melodías turcas y griegas con Estambul de fondo. Ciento veinte minutos bien aprovechados. Os recomiendo que la veáis y seguro que a continuación pondréis más canela a la vida.

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