Crítica: Copia certificada

CartelEl diagnóstico de mi crítica sobre “Copia certificada”, se desvela a través de mis palabras sin esperar el final de mi comentario.  Pocas carreras como la de Abbas Kiarostami, y pocos  los que han notado el peso de un forzado menosprecio gubernamental a consecuencia del desacuerdo del director con la política de su país. El discurso que diera en el pasado Festival de Cannes a favor de la liberación de un compañero preso en Irán ha hecho que esta película no se estrene en su país natal. El magnífico director de cine, creador de  “El sabor de las cerezas”, y de una treintena más de aciertos en la pantalla, en esta ocasión toma como nacionalidad de trabajo Francia, como actriz principal a la maravillosa Juliette Binoche y el lugar donde nos sitúa el libreto es la Toscana italiana, concretamente Giminiano, una villa, donde se construye  el escenario imaginario  de un encuentro.  El que se produce entre un aclamado escritor anglosajón, James (William Shimell), que en la conferencia de presentación del nuevo libro defiende el valor de la copia frente al original, su libro trata la legitimidad de las copias en el arte, y una mujer francesa, Elle (Juliette Binoche) propietaria de una tienda de antigüedades, que resulta ser una de sus lectoras más fieles. A través de sus charlas sobre la vida y el arte, se entabla entre ellos una tierna relación y  van consintiendo que una historia de amor fluya con sus sombras reflejadas en el espejo  de sus distintas realidades.

A Abbas Kiarostami le sigo la pista desde 1988, no recuerdo cómo, llegó a mí una película excelente, “Donde está la casa de mi amigo”. Hasta entonces ninguna película sobre la amistad y la solidaridad me había impactado tanto, han sido muchos sus aciertos plasmando en las pantallas el devenir de su herencia. Si en 2004 se unió a Ken Loach y Ermano Olmi para codirigir “Tickets”,  realización hecha en el Reino Unido, ahora Kiarostami da el salto y elige en “Copia Certificada” nuestro vecino país. Para esta película, este creador de cine iraní, deja un poco de lado el tema político y diserta sobre la debilidad de las relaciones y su etérea realidad, presentándonos  una historia donde elementos tan comunes en la relación como la susceptibilidad y la incomunicación, se unen, para manifestarnos la distinta forma de percepción y las circunstancias que limitan su supervivencia. “Copia certificada” ha sido premiada con la Espiga de Oro en la 55 Seminci y su protagonista Juliette Binoche Palma de Oro en Cannes 2010.

En “Copia certificada” todo surge implacable, sin pausa, su director no abusa de los recursos, ni paisajísticos ni de artificios de tipo alguno, es más, en la película sólo salen dos personajes y cuando aparece algún otro es simplemente para dar notabilidad a la historia y fuerza a los protagonistas, Kiarostami nos conduce a una enorme confusión a partir de una especie de laberinto sin mapa de ruta para encontrar la salida. Que el balance final sea positivo o no, depende de los ojos o más bien de la subjetividad emocional del espectador. Para mí, una película agradable, bien edificada y bien intervenida. Sobre sus similitudes con «Te querré siempre», de Roberto Rossellini,… espero vuestros comentarios.

Su  mensaje filosófico llega desde un contexto pero puede aplicarse a infinidad de realidades e ideales: puedes disfrutar de una buena copia  tanto como del original, reflexionemos.

Os dejo un enlace a una entrevista a Abbas Kiarostami en relación al estreno de la película.

2 Responses to Crítica: Copia certificada

  1. Elena says:

    La película está bien pero no le encuentro parecido con la de Rossellini por ninguna parte (que son un hombre y una mujer enlazados en una relación, no creo que sea suficiente…) Tampoco es que me gustase demasiado Te querré siempre…
    Un saludo, Marel, seguimos por aquí.

  2. Marel says:

    Tienes razón Elena, una pareja llena de imperfecciones amorosas, no hace a Te querré siempre similar a Copia Certificada, mi idea de iniciar el debate se debe a que tengo amigas que entablan entre las dos alguna semejanza, aunque yo no sea de esa opinión. Tengo que reconocer su tono real y atractivo, pero a los personajes no les ubico un objetivo definido, lo que menos me convenció fue la inclinación que toma la historia hacia una expresión religiosa, para mí el guion no lo exige, sólo se concibe si piensas que Rossellini quiso resaltar de esa otra forma a su Italia, aparte de los maravillosos paisajes que nos muestra. Para mí, de Te querré siempre, la adorable Bergman que brilla cual estrella.
    Un saludo, Elena

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