Crítica: Julieta
18 abril 2016 Deja un comentario
Pedro Almodóvar en la adaptación de tres relatos cortos de la escritora Alice Munro proyecta una vez más una historia de mujeres. Otra película siguiendo la tendencia realista que el director manchego imprime a sus trabajos. Diálogos, configuraciones y significados hacen que esta obra marque sin duda un lugar destacado en la filmografía del cineasta. Critica de la película “Julieta”.
Cuando Julieta está a punto de abandonar Madrid para irse a vivir a Portugal, se encuentra por casualidad con Bea, una antigua amiga de su hija Antía, de la que no sabe nada desde hace años. Bea le cuenta que vio a Antía en el lago Como, en Italia, y que tiene 3 hijos. Aturdida por la noticia, Julieta cancela su viaje a Portugal, y decide escribir sobre su hija, desde el día en que conoció a su padre durante un viaje en tren.
No le hubiera podido echar mayor rigor Pedro Almodóvar a la elaboración pausada y delicada de la imagen y ese puntillismo casi enfermizo en la autenticidad de la narración. La sensible belleza de los escenarios. La frialdad a veces. “Julieta”: dolor, culpa y pérdida.
“Julieta” es la historia de vidas atravesadas de sufrimiento por las circunstancias, pero acaso lo más interesante de la trama, si la miramos con austeridad, sea el retrato en profundidad de los sentimientos, es decir, plasmar sin ningún tipo de choque manifiesto, como desde el interior del personaje, el recorrido de una mujer que no hace otra cosa que vivir donde sus sentimientos la llevan, ya sea para ser feliz o para morir de dolor. Él lo hace. Almodóvar repasa todo el panorama de los personajes imponiéndoles su estilo levemente, con un excelente sentido de las elipsis y sobrada capacidad para capturar los detalles, explorando el mundo femenino sin ambigüedades ni proclamas. Un cine también de raíz literaria profusa e inteligente. Delicado con el universo interior, modesto y funcional, encadenando todas sus figuras hacia una resolución con capacidad de latir en el recuerdo.
Las pinceladas de color y la fotografía de Jean-Claude Larrieu tienden a sugerir lo interminable, esto deriva del énfasis que Almodovár y su director de fotografía ponen en conjuntos fortuitos, que representan fragmentos más que totalidades, creo que recordaré siempre el corte de pelo rubio claro de Julieta joven y el jersey azul eléctrico, recordaré la imagen sondeando los estados de ánimo, recordaré el contexto que proporciona en esta película la fotografía dándonos maestría sin definirla, una fuerza indeterminada arropada en un conjunto por naturaleza genial y oportuno.
Buen reparto también, para ello, el director se basa nuevamente en unos buenos profesionales tanto para protagonistas como para papeles secundarios: Emma Suárez (Julieta mayor), Adriana Ugarte (Julieta joven), Daniel Grao, Inma Cuesta, Darío Grandinetti, Rossy de Palma, Michelle Jenner, Pilar Castro, Susi Sánchez, Joaquín Notario, Nathalie Poza, Mariam Bachir, Blanca Parés, Priscilla Delgado, Sara Jiménez, Tomás del Estal, Agustín Almodóvar y Bimba Bosé. Todos llegan donde el personaje exige con acierto y éxito.
En la música Alberto Iglesias se funde con sus acordes en cada movimiento, como urgido por un deseo de adornar las imágenes empleando todo tipo de destrezas. Sus composiciones llaman la atención del espectador por ser bellas en sí mismas.
Con todo, pondría a “Julieta” entre las mejores películas de Pedro Almodóvar. Un merecido primer puesto.
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