Crítica: Sin identidad

CartelDos años después de “La huérfana”, Jaume Collet Serra vuelve a dirigir su mirada hacia la intriga, en esta ocasión ha escogido para llevar a la pantalla un  libro del escritor francés Didier van Cauwlaert. Hacemos crítica de la película “Sin identidad”.

El sugestivo punto de partida de este entretenido thriller, podía ser el de cualquier serial de espionaje, su argumento se mueve en parte de la vida de un americano que visita Europa con su mujer Elizabeth Harris (January Jones), y está a punto de hospedarse en un hotel de Berlín, el doctor Martin Harris (Liam Neeson). Por casualidad, sufre un accidente de tráfico y entra en un prolongado estado de coma. Cuando se despierta, comprueba alarmado que su esposa no le reconoce y otro hombre ha tomado su personalidad. Con la ayuda de la chica que el día del accidente le llevó en taxi, Gina (Diane Kruger, Las vidas posibles de Mr. Nobody), emprenderá una frenética investigación para averiguar la verdad de lo que está sucediendo.

“Sin identidad”  es un thriller que juega en todo momento con el espectador, pero no sólo eso, sino que a la vez se juega con los personajes, dándole ese tono genérico, no previsible, con algunos elementos algo novedosos que le dan al film ese correcto toque diferencial que le eleva por encima de la mediocridad  imperante.

La película tiene un gran laberinto y su título: “Sin identidad” encarna perfectamente lo que su director nos quiere  contar, manteniendo en todo momento el manejo de las situaciones que van confluyendo. Dos caminos tenemos para ir desgranando esta ficción política, por un lado el oscurantismo  del entorno y por otro el semblante de urgencia de su protagonista por saber de su pasado. El  director maneja la intriga como si fuera una partida de ajedrez que se jugase con algunas piezas invisibles. Algunos golpes de guión resultan excesivamente impostados pero desde el escepticismo que permite la distancia sobre los verigüetos de la trama, el film no sólo entretiene sino que atrapa.

Todo  apunta  hacia diferentes desenlaces de un final que se atisba en el horizonte y llega de forma inesperada.

Una de las sorpresas de este film, además de ver conducirse con arte a Liam Neeson, es ver actuar a Diane Kruger, compañera en el reparto y cómplice acompañante del doctor Harris en su largo camino de obstáculos.

No aporta nada espectacular ni tan siquiera notable al género pero sale muy airosa de su difícil apuesta.

Crítica: Las vidas posibles de Mr. Nobody

CartelPor las arterias del cine francés estamos viendo que circula sangre cinematográfica de calidad. “Las vidas posibles de Mr. Nobody”, la película que hoy analizamos, entra dentro de la catalogación de cine fantástico,  precisamente en el Festival de cine fantástico de Sitges, fue premiada, y  su valor ha sido reconocido en los festivales de Estocolmo y Venecia. Su director Jaco Van Dormael se ha recreado en hacerla durante varios años, con localizaciones de Bélgica, Canadá y Alemania, nos abre el telón de su ficción con una paloma y una hoja seca que vuela, como una metáfora existencial.

Inmovilizado al principio ante un hecho tan insólito, Nemo empezó a pasear en torno a sus padres , como por azar, impulsado por una fuerza de mera sorpresa buscando con ojos inquietos, intentado saber lo que pasaba. Los padres de Nemo se han separado, su madre se va de casa, en un momento, en cuestión de segundos, el crío debe decidirse: o se marcha con su madre o permanece al lado de su padre, el tren se aproxima… Ya ha llegado, su madre sube, su padre abajo detrás de Nemo llora, se irá, se quedará, un dilema con el que este niño de nueve años se tiene que enfrentar.

De aquí parte esta filosófica película, mostrándonos la vida como un cuaderno en blanco que hay que ir escribiendo, y en su desarrollo un puzzle que debemos construir. Jaco Van Dormael nos enseña el auténtico significado de lo atemporal y lo temporal, y a la vez exige un reto nada fácil para el espectador, que recibe la propuesta con confusión y sorpresa. Los continuos giros inesperados, los constantes saltos en el tiempo y la sub-realidad de muchas imágenes, hace que permanezcamos enganchados casi sin respirar, a su enorme tela de araña, una historia en la que se nos muestra de forma intercalada lo que significan en la vida los caprichos del azar.

“Las vidas posibles de Mr. Nobody“ es un tremendo planteamiento de diferentes juicios, una crónica de ejercicio, aplicada a los principios de una norma; en una obra cuyo principal fin es demostrar que todo sucede porque tiene que suceder y porque no somos nuestros dueños.

Su enfoque de debilidad del hombre como individuo, la forma de presentar el romance, la comunicación del mensaje, la música apropiada aunque ya escuchada, pero igualmente deliciosa, la fragilidad del personaje principal, la fotografía, los efectos visuales, el reparto: Jared Leto, Sarah Polley, Diane Kruger, Linh Dan Pham, Rhys Ifans, Natasha Little, Toby Regbo, Juno Temple, Clare Stone, Thomas Byrne, y algunos más, hacen de esta película una propuesta sumamente interesante y da muestra de la capacidad de su director y guionista Jaco Van Dormael. Al que acompañan en el trabajo audiovisual, Christopher Beaucarme, en la fotografía, y  Pierre Van Dormael, en la música.

Puede gustar, o no, pero es imprescindible verla.

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