Crítica: La Red Social (The Social Network)

CartelCon “La Red Social” (“The Social Network”), David Fincher ha logrado una vez más su jugada redonda, el cineasta acostumbra a realizar cine en plena evolución. Solvente, polifacético y brillante director de cine, con antecedentes apoteósicos, Fincher nos apresó  con la irrespirable “Seven”,  la intensísima “The game o la fascinante “El club de la lucha”; con  “La habitación del pánico”, nos introdujo en un mundo claustrofóbico; en “Zodiac”, expuso de nuevo su gran pericia  narrando con particularidad y, por último, hace dos años construyó una fantasía, aparente, que conmueve cada vez que la vemos “El curioso caso de Benjamín Button” a la que Brad Pitt se entregó, dejando una de sus mejores interpretaciones. En esta ocasión, nos da un prisma distinto, una soberbia representación tremendamente inteligente, sobre un joven genio de la informática, como símbolo de toda una generación.
Mark Zuckerberg (Jesse Eisenberg) es un estudiante de la Universidad de Harvard, en el año 2009. Experto en el mundo digital y la informática, un lince en  programación, no sale de su rutina, estudia con poca atención y en cuanto puede se coloca delante del ordenador para dar rienda suelta a sus conocimientos avanzados. Su personalidad le mantiene encerrado en un duro hermetismo emocional, una soledad frustrante, pero todos los compañeros saben de su talento y dedicación. Un día unos chicos conocidos le sugieren que desarrolle una nueva idea, Mark se compromete, pero a diferencia de lo encargado, como buen friki informático, explora en el complejo mundo digital y en cuestión de meses, con toda su inteligencia puesta en ello, se convierte en el  inventor de Facebook. Desde ese instante, millones de personas pasean, intercambian, entran y salen, y todo esto lo logra con el favor de algunas personas, que le financian y ayudan.
En “La Red Social”, no nos olvidemos, no hay lugar para endulzamientos ni para personajes intocables, aquí se muestra que la gloria está para tocarla y para manejarla a cualquier nivel, sin ilegalidad ni vergüenza. Fincher en ningún momento trata de darnos la cara poética de los personajes,  ni momentos de felicidad ni de escrúpulos morales, como tampoco descuida el aspecto retorcido de las traiciones, hasta tal punto que con gran maestría en el mensaje, nos dice claramente que Mark Zuckerberg, sabía a lo que estaba  jugando. Sin duda esta película sirve como documento histórico, mostrando un caso sin igual, el de un chico que abandona la universidad con 20 años y a los 23 es el multimillonario más joven  del mundo.
Otro espacio que funciona son las actuaciones de un reparto de profesionales no tan famosos, pero que sostienen y consiguen sacar adelante de forma eficiente los menesteres de una actuación donde no sólo el físico es factor fundamental. En el eje de la historia destacan Jesse Eisenberg, Andrew Garfield, como uno de los amigos del protagonista, y Justin Timberlake, que interpreta al creador de Napster, que se acerca Mark como las abejas a un panal de miel.
“La Red Social” es una poderosa muestra de competencia de personajes, con una historia plasmada a través del magnífico guión de Aaron Sorkin, basado en la novela “The Accidental Billonaires”.
En “La Red Social”, sin duda, Fincher nos vuelve a demostrar que es uno de los más meritorios y coherentes directores de este  tiempo, en esta ocasión nos cuenta con atrevimiento un hecho que ha cambiado la vida de muchos de nosotros: Facebook.

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