Crítica: A propósito de Llewyn Davis

Cartel de A propósito de Llewyn DavisLa mayoría del público recordamos una película por los actores que en ella han intervenido, es más fácil recordar a quién pasó por nuestros ojos durante dos horas, que el nombre del director que los creó y que solo emerge en los rótulos de cabecera, afortunadamente hay un grupo de cineasta que se han ganado a pulso el cariño del público y que tienen al respetable pendiente de cada estreno, de cada uno de sus trabajos.  Ése es el caso de los hermanos Coen. Crítica de la película “A propósito de Llewyn Davis”.

Con guión de Joel Coen y Ethan Coen y basada en la biografía de Dave van Ronk, músico y mentor, nos muestra a uno de los fundadores del folk de la década de los 60 y una de las figuras más divertidas y más referenciadas  en la escena neoyorquina. Escribió cuentos junto con su música, dejó escritos filosóficos y fue un activista de izquierdas solidario de gran influencia en todos los músicos de aquellos años y de los que después pudieron beber de su savia.  Aunque  “A propósito de Llewyn Davis” nace de ese sentido, en una reciente entrevista, los Coen declararon que el verdadero personaje de esta historia es Llewyn Davis (Oscar Isaac),  un joven cantante de folk que vive en el Greenwich Village.

Durante un frío e implacable invierno Davis lucha por ganarse la vida como músico. Sobrevive gracias a la ayuda de sus amigos.  Su carrera y su rostro está marcados por la reciente muerte por suicidio de su amigo y compañero de “Fimlin & Davis”. Para consolarse y porque sentimentalmente los necesita pasa alguna noche en casa de los padres del inolvidable amigo, Mitch (Ethan Phillips) y Lilian (Robin Bartlett); también la casa de su amiga Jean (Carey Mulligan) es un refugio para enfrentarse a las circunstancias, aunque a veces también sea un endiablado descalabro. Davis se mantiene alejado de la vida social mientras subsiste y crea su música. Por su parte, el músico de Jazz Roland Turner (John Goodman) le invita  a una audición en un club de Chicago, una prueba para el magnate de la música Bud Grossman, los consejos que recibe del productor musical no le acomodarán porque Llewyn Davis no ve amenaza en las nuevas músicas, solo está seguro de su creación y pasará los días debatiéndose entre la lealtad a sí mismo y los mensajes que desde fuera le lanzan los que lo ven fracasado.

Imagen A propósito de Llewyn Davis Con sabiduría Joel Coen y Ethan Coen, maestros en cánones cinematográficos, potencian el resultado de la cámara,  tratan de descubrir cuál es el efecto de la trama en nuestra mirada, nuestra capacidad para vivir el transcurso del tempo cinematográfico, la posibilidad, exquisita, de entender qué sentimos;  a ellos les fascinan los personajes desafortunados de cada una de sus historias  y nosotros, los espectadores, sentimos con cada película no un simple visionado, sino armonía entre imágenes, tiempo de encerrar el alma, huellas sin pasos, algo incomparable que se hace habitable en la frontera perpetua de sus personajes al tiempo que su narrativa nos invita en un montaje pausado, de apariencia sencilla, que encierra  complejidad de ánimo, y supone una satisfacción para los sentidos.

“A propósito de Llewyn Davis” es una invitación a dejarse llevar en un viaje en el que tiene que ver la vida, las relaciones y  la música. Los Coen nos muestran  las diferencias entre ver, mirar y sentir. Sus obras son como un manual saciado de partes con hojas blanco que nos incitan a completar. Con deliberación, a través de una evidente  independencia creativa, de una instrucción donde la grafía y el contenido se miran y compenetran, nos llega una resolución, una terminación de templado desarrollo y extraordinaria naturalidad onírica en  la que el corazón del hombre y la profundidad intelectual van de la mano en este triste poema de una vida fracasada.

“A propósito de Llewyn Davis” tiende a ver el infinito en lo finito, lo grande a través de lo pequeño, la no esperanza y el camino sin salida que se hace habitable en su perpetua frontera.

La reflexión y el mensaje es seguir tocando tranquilamente a las puertas de la vida, sin preocuparnos de cómo nos ven los demás. Esta nueva película de los Coen llega a un estadio de profundidad excelente aunque no sorprende, incluso es algo más fría en cuanto al humor al que nos tienen acostumbrados.

Véanla y búsquenle el significado al precioso gato, es un personaje muy importante.

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