Pájaros de papel
28 marzo 2010 2 comentarios
Ayer tarde en la sala del cine habría unas cien personas, nosotros, cuatro, íbamos dispuestos a disfrutar de cine español y así fue como todos juntos compartimos pájaros ficticios para volar al fondo de los recuerdos de nuestras anteriores generaciones.
Son años muy malos, malísimos, la guerra civil acaba de terminar y todo es confusión y sospecha. Hay, miseria, hambre persecución, duelo, a cada familia le falta alguien en su hogar que murió por culpa de la guerra: en el frente, de hambre o después desaparecido. Pero la vida sigue para este grupo de artistas de revista de variedades que trata de salir adelante, entre ellos se encuentran el músico Jorge del Pino (Imanol Arias), el ventrílocuo Enrique Corgo (Lluís Homar), la cupletista Rocío Moliner (Carmen Machi) y el niño Miguel (Roger Príncep). El régimen no se fía de la gente de la cultura, sospecha de todos aquellos que actúan sobre un escenario, o se mueven en niveles de pensamiento filosófico.
De fondo tenemos una historia emotiva sobre como el trauma y el miedo se apodera de la situación, las primeras imágenes que vemos son el final de una guerra, a continuación, la consecuencia.
Emilio Aragón, toca este tema y establece su propia jurisprudencia, aquí parece que al guionista Fernando Castets le haya importado mucho que la fuerza de la película estribe en hacernos llorar, pues narrado hechos que hemos oído a nuestros abuelos y a nuestros padres, no tenemos por menos que sensibilizarnos.
La película posee una gran capacidad discursiva. Muy cuidada en sus tecnicismos. La factura visual, a veces sombría, otras , la luz ilumina el entorno a favor siempre de la intensidad emotiva del relato, con una fotografía y una estética que nos sumerge en escenarios destruidos por los bombardeos de una guerra civil que nunca debió de haberse producido, la ambientación perfecta y los exteriores rodados en Madrid, Chinchon, Colmenar de oreja, Almagro y Tembleque, dan un aire sugestivo, principal, y auténtico de donde la historia se centra. Vestuario y maquillaje son factores que decoran y realzan la historia que como ya he dicho llega al espectador. La música es parte activa del film, con una partitura preciosa compuesta por el propio director, que con sus acordes envuelve magníficamente y da belleza física a este trabajo, y una forma de reivindicación de una cultura de raíces dentro de la historia que presenta.
En lo referente al grupo actoral, Imanol Arias correcto en su papel de sufridor principal de las atrocidades de la situación, Lluis Homar destaca con un papel duro en el dolor, lleno de emotividad y ternura, Carmen Machi con su personaje da un aire fresco a la historia y pone un toque de humor relajante del ánimo, y el inmejorable niño Roger Príncep que vive este papel como si de su propia vida se tratara, una selección perfecta del primero al último.
Esta película desarrolla rigor sobre una evidencia que por real aterroriza, la guerra deja marcas, rencores y, en determinadas ocasiones, hace que el dolor antiguo se convierta en una paz y un sustrato para seguir adelante con el vuelo de unas alas que de nuevo crecieron, deseamos y esperamos que nunca más se vuelvan a cortar.
Señor Aragón, con la primera a dado en el clavo, enhorabuena, ya he hecho hueco en mi videoteca particular para que su película ocupe un lugar de honor.
Y ahora… vacaciones de Semana santa. Me marcho diez días, como es mi costumbre. Me voy a mi pueblo a disfrutar de las ceremonias propias de las fechas, los desfiles procesionales y la famosa madrugá de nuestro Padre Jesús Nazareno de Montoro.
El martes doce de abril estoy aquí de nuevo. Un saludo y mucha alegría.
Cuéntame…