La cinta blanca, de Michael Haneke
10 marzo 2010 4 comentarios
Son varios los temas que dominan, bullen en la filmografía de este cineasta alemán: el miedo y la valentía, el auge y la caída social, el sacrificio de la familia, el desarraigo,… y agrupándolos todos, la pasión por llegar siempre al corazón del espectador. Con un cuidado ritmo narrativo, un cultivado arte en blanco y negro, y un impresionante guión, firmado por el propio Haneke, el argumento de “La cinta blanca” es tremendamente triste y amargo, y realiza una inmensa exploración del mal con las características que consigue imprimir el director alemán, su precisión y su frialdad. Esta película se ha hecho acreedora de la Palma de Oro en el último Festival de Cannes, ha sido premiada por la Fipresci como mejor película europea, ha sido candidata a los Oscar como mejor película de habla no inglesa, ha ganado el premio a la mejor película, director y guión en la Gala del Cine Europeo y recibió el premio a la mejor película extranjera en los Globos de Oro.
La historia muestra como extraños acontecimientos, que poco a poco toman carácter de mortificación ritual, se dan cita en un pequeño pueblo protestante del norte de Alemania, en vísperas de la primera Guerra Mundial. No se sabe quién está detrás de todo esto, pero la vida sigue y los acontecimientos lentamente se van desarrollando dejando marcas en cada uno, en cada habitante.
Haneke nos muestra en unas soberbias escenas abiertas, auténticos catálogos, equilibrados y refinados, en los que los personajes entran y salen de manera natural. Los interiores, gélidos y escalofriantes, son una sinfonía de contraposiciones y primeros planos, artísticos, elevados, exquisitos e inteligentes. No es menor el lado visual que la película exhibe, a cargo de Christian Berger, gran director de fotografía, que enfatiza y hace hincapié siempre en el enfoque de las imágenes, planas y lisas. La coordinación entre los dos directores es armoniosa (ya trabajaron juntos en “La pianista”). “La cinta blanca” está rodada íntegramente en blanco y negro, con desvíos de encuadres que imaginan un cambio de acto en un escenario teatral.
La película es una perfecta exhortación acerca de la historia, la moral y la psique, marcada por la violencia de las relaciones humanas que surgen en un tiempo concreto o de unas circunstancias determinadas en el seno de una sociedad, donde la tragedia siempre estaba cercana, debido a la gran intolerancia, la educación autoritaria y el peso de la religión. Totalmente absorbente a pesar de su duración, dos horas y quince minutos, es para muchos el relato más accesible de la carrera de Haneke.
Este especialista, sostiene la historia a base sugerir, de no terminar nunca de destapar la trama del relato, de no categorizar nunca del todo a buenos y malos, de jugar con la confusión presionando al espectador para que no desvíe los ojos de la pantalla en busca de algo más que se avecina a suceder. Nos crea nuevos temores, nuevas incertidumbres. Lo que contribuye a establecer el merecido prestigio de una película fascinante como ésta. Cine serio y de calidad, eso es “La cinta blanca”.
Sin lugar a dudas, el desarrollo de los personajes es magnífico, con actuaciones responsables, cada cual donde le toca representar, todos cumplen con creces un papel principal dentro de la historia. Un film hecho desde el lucimiento de todos los que han dado su ingenio siendo el mayor mérito de su director, Michael Haneke, que nos da un trabajo intenso, de principio a fin.
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