Donde viven los monstruos

Spike Jonze nos presenta una película que esperábamos desde hace tiempo, este polifacético artista, director, productor musical y cinematográfico, ha dirigido varios largometrajes, más de una treintena de videos musicales, y es columnista en alguna revista de música. En el año 2000 fue nominado a los premios Oscar en calidad de mejor director por su película “Como ser como Jon Malkovich”, también tiene una nominación a los Globos de Oro por “Ladrón de Orquídeas”, en el año 2003; en resumen, una larga carrera de éxitos en sus distintas facetas.

La historia, es de Maurice Sendak, -escritor y dibujante, nacido en Brooklyn (Nueva York). La escribió en el año 1963 y enseguida alcanzó el número uno en ventas de libro infantil, en  España lo editó Alfaguara en el año 1995 y ya va por la duodécima edición. El guión para la película lo han creado Dave Eggers y Spike Jonze.

Una oferta contada cámara en mano, que hace seguimiento de la vida de Max (Mark Rufalo) un niño  rebelde, desobediente y con una soberbia terrible, que un día es castigado por su madre (Catherine Keener) a irse a su habitación, y donde se va es a la calle, escapando en una barca hacia un mundo desconocido, donde descubrirá unos monstruos que le coronan rey.

Es allí donde se desarrolla esta aventura de criaturas ciclópeas y un niño amotinado.

La historia es visualmente atractiva, la animación 3D le da un maniqueísmo especial. El director sabe crear climas sensibles, logra fenomenales secuencias que combinan una gama de colores desde los sepia a los marrones, tanto  para la animación por ordenador como para los muñecos reales.

Hay algunos momentos que hacen brillar a esos seres que parecen sacados del libro. Con un ritmo narrativo muy agradable.

Muy bonita en su trasfondo conceptual y muy acertada en sus técnica.

Dejando a un lado ese trabajo técnico y práctico del director y buscando en el mensaje, la cinta se apoya en valores universales, aplicados al menor. Al niño protagonista no se le coge cariño, se le aborrece… tiene todos los defectos que podemos no desear en un niño, yo creo que esta película es un claro aviso a los padres, que en esta sociedad moderna contraponen cualquier actividad, (trabajo, gimnasio, copa con amigos, nueva pareja) a estar el mayor tiempo posible con el hijo menor de ocho años; cuidado, estudio, formación, comentarios, apoyo y todo lo que necesita cuando está en el plano más hondo de su formación. Spike Jonze, en su fábula, nos da la alarma de la grata deuda que tenemos para con nuestros niños, que son el futuro.

Una interesante oferta para reflexionar, constituyente de referencias indiscutibles y ineludibles.

Para acabar decir que aun siendo una película infantil, no es apropiada para los más pequeños.

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