Pájaros de papel

Ayer tarde en la sala del cine habría unas cien personas, nosotros, cuatro, íbamos dispuestos a disfrutar de cine español y así fue como todos juntos compartimos pájaros ficticios para volar al fondo de los recuerdos de nuestras anteriores generaciones.

Son años muy malos, malísimos, la guerra civil acaba de terminar y todo es confusión y sospecha. Hay, miseria, hambre persecución, duelo, a cada familia le falta alguien en su hogar que murió por culpa de la guerra: en el frente, de hambre o después desaparecido. Pero la vida sigue para este grupo de artistas  de revista  de variedades que trata de salir adelante, entre ellos se encuentran el músico Jorge del Pino (Imanol Arias), el ventrílocuo Enrique Corgo (Lluís Homar), la cupletista Rocío Moliner (Carmen Machi) y el niño Miguel (Roger Príncep). El régimen no se fía de la gente de la cultura,  sospecha de todos aquellos que actúan sobre un escenario, o se mueven en niveles de pensamiento filosófico.

De fondo tenemos una historia emotiva sobre como el trauma y el miedo se apodera de la situación, las primeras imágenes que vemos son el final de una guerra, a continuación, la consecuencia.

Emilio Aragón, toca este tema y establece su propia jurisprudencia, aquí parece que al guionista Fernando Castets le haya importado mucho que la fuerza de la película estribe en hacernos llorar, pues narrado hechos que hemos oído a nuestros abuelos y a nuestros padres, no tenemos por menos que sensibilizarnos.

La película posee una gran capacidad discursiva. Muy cuidada en sus tecnicismos. La factura visual, a veces sombría, otras , la luz ilumina el entorno a favor siempre de la intensidad emotiva del relato, con una fotografía y una estética que nos sumerge en escenarios destruidos por los bombardeos de una guerra civil que nunca debió de haberse producido, la ambientación perfecta  y los exteriores rodados en Madrid, Chinchon, Colmenar de oreja, Almagro y Tembleque, dan un aire sugestivo, principal, y auténtico de donde la historia se centra. Vestuario y maquillaje son factores que decoran y realzan la historia que como ya he dicho llega al espectador. La música es parte  activa del film, con una partitura preciosa compuesta por el propio director, que con sus acordes envuelve magníficamente y da belleza física a este trabajo, y una forma de reivindicación de una cultura de raíces dentro de la historia que presenta.

En lo referente al grupo actoral, Imanol Arias correcto en su papel de sufridor principal de las atrocidades de la situación, Lluis Homar destaca con un papel duro en el dolor,  lleno de emotividad y ternura, Carmen Machi con su personaje da un aire fresco a la historia y pone un toque de humor relajante del ánimo, y el inmejorable niño Roger Príncep que vive este papel como si de su propia vida se tratara, una selección perfecta del primero al último.

Esta película desarrolla  rigor  sobre una evidencia que por real aterroriza, la guerra deja marcas, rencores y, en determinadas ocasiones, hace que el dolor antiguo se convierta en una paz y un sustrato para seguir adelante con el vuelo de unas alas que de nuevo crecieron, deseamos y esperamos que nunca más se vuelvan a cortar.

Señor Aragón, con la primera a dado en el clavo, enhorabuena, ya he hecho hueco en mi videoteca particular para que su película ocupe un lugar de honor.

Y ahora… vacaciones de Semana santa. Me marcho diez días, como es mi costumbre. Me voy  a mi pueblo  a disfrutar de las ceremonias propias de las fechas, los desfiles procesionales y la famosa madrugá de nuestro Padre Jesús Nazareno de  Montoro.

El martes doce de abril estoy aquí de nuevo. Un saludo y mucha alegría.

El libro de Eli

Los hermanos Hughes, Allen y Albert, expertos en distintas ramas de la cinematografía, en la que sobresale su habilidad maestra para los cómics (se dice que están  preparando AKIRA que se estrenará  en 2012) nos recrean en esta ocasión con una película post-apocalíptica.

La historia se sitúa en un futuro después de la guerra final, donde todo ha quedado en estado calamitoso, todo destruido y yermo. La tierra está habitada pero no hay vida, las pocas personas que sobreviven, sufren la falta de comida y de agua, la imagen es catastrófica. Lo primero que aparece a nuestros ojos es una carretera sin final en un lugar de los Estados Unidos,  por ella camina un hombre, va hacia el oeste, con un programa extraordinario, tiene que caminar mucho, hacer un viaje dentro de este viaje incesante, un viaje de por vida, este hombre se llama Eli  (Denzel Washington) en él se adivina un ser de otro mundo, extraviado en éste, quién sabe si alguien salido de un sueño o de una pesadilla, tal vez sea un mensajero de la verdad  o su cometido sea instalar de nuevo un reino de terror. Eli hace el viaje a pie y  por el camino encuentra gentes desesperadas que intentarán matarlo para robarle lo poco que lleva encima, llega a un pueblo en el que se encuentra a un cacique,  Carnegine(Gary Oldman, Caperucita Roja), éste, no quiere vivir esclavo de los designios de nadie, tiene establecidas sus propias leyes y controla todo en kilómetros a la redonda, Eli y Carnegine tendrán problemas de entendimiento.

Llama mucho la atención la puesta en escena de la llegada de Eli  a este pueblo, parece que estuviéramos en una película del oeste, un salón, un tipo que controla todo y a todos, unos hombres que son auténticos forajidos, hasta los duelos propios del citado género se exponen aquí, entre toda esta tramoya, los distintos personajes, obedecen a los dictados de la obviedad representando unas facultades similares a las de los vaqueros a sueldo de los westerns americanos.

La llegada al enfrentamiento entre ambos personajes sirve para ofrecer un pequeño estudio sobre las religiones y su poder. Toda religión bien entendida se basa en mejorar al género humano. Pero mal entendida constituye un peligro y un mecanismo para controlar a la población.

Película con gran cantidad de violencia y una atmósfera confusa e irrespirable en todo momento, que posee logrados efectos especiales, luce un saludable y presuroso ritmo narrativo, la trazada visual un tanto oscura, pero muy adecuada para plasmar más tenebrosidad al relato, y sin lugar a dudas ello favorece que la devastación esté presente.

El punto de vista de los directores es un ejercicio demasiado ambiguo, mantienen por tanto una dualidad narrativa, mezclándose lo objetivo y lo sujetivo, y a veces juega a  decirnos algo latente, jamás visible,  para mí  esta película tiene más que un aprobado.

El grupo actoral: encabezado por Denzel Washington, que hace un trabajo serio, reflejando las cualidades de su personaje dándole una armonía especial; Gary Oldman, representa a un perverso ser que odias, a la vez que aplaudes al actor que lo porta. Simplemente genial, no dejo atrás ninguna interpretación pues todo el colectivo está enorme.

Cierro el comentario diciendo que es un experimento fílmico realmente interesante, en busca de la verdad divina. Cada cual que saque su conclusión.

Brothers – Hermanos

Cuando hablamos del irlandés Jin  Sheridan estamos hablando de una fuente inagotable de inteligencia cinematográfica, su trayectoria ya nos lo dice, dirigiendo, produciendo, escribiendo guiones  y como actor, posee una carrera perfecta y envidiable; de jovencito empezó con el teatro y siguió con este arte durante años, en 1989,estrena su primera película con un éxito descomunal todos nos acordamos de la entrañable “Mi pie izquierdo”, después vinieron títulos como “El prado” y “En el nombre del padre”, esta última para mí y mi entorno una de las historias del cine con mayor gancho dramático, aunque toda su obra estriba en lo mismo, plasmar en su cine, la vida común,  la más sensiblemente cercana.

En «Brothers», el esquema argumental de  la historia nos lleva a la vida de dos hermanos, el capitán Sam Cahill (Tobey Maguire), y su hermano menor Tommy Cahill (Jake Gyllenhaal).  Sam se casó con su bonita novia, la chica que más le gustaba del instituto y  siendo aún un chaval, la conquistó sin mucho esfuerzo pues ella también estaba perdidamente enamorada de él, ella es Grace (Natalie Portman).  Sam y Grace, tuvieron dos niñas, dos preciosidades  pequeñas (Bailee Madison, Taylor Geare). Pero ahora que a Sam, que está en la guerra de Afganistán, lo dan por desaparecido y días después lo declaran fallecido, su  hermano Tommy se encarga de cuidar a Grace y a las niñas. Pasa el tiempo y ya son un bloque familiar contundente, siempre recordando a Sam con toda la tristeza y la añoranza que les crea su recuerdo. Un día el timbre del teléfono rompe  con la ya recobrada tranquilidad, reciben la noticia de que Sam no estaba muerto, ocurrió que en una incursión salvaje fue capturado por los talibanes, vuelve a casa, pero lo que Sam encuentra en su hogar no se acomoda a su nueva manera de pensar.

Este remake  realiza una descripción  de la historia, que casi nada cambia de la original, la película danesa estrenada en 2004, con el mismo título «Brothers». A mí me plantea una contradicción, por una parte, me gusta, y del otro lado tengo que decir que habiéndola dirigido  Sheridan me parece una propuesta demasiado floja, quizás yo sea muy exigente y la idea de que la película carece de brillantez sea cosa mía, pero he notado lejana la hábil planificación de la intervenciones de los personajes, su frugalidad y flexibilidad ante las situaciones a resolver, en resumen,  la buena dirección de este admirado director. Hay cantidad de detalles que le son propios y que no se aprecian por lado alguno. En lo que sí gana es en la intensidad de los personajes, los tres actores sacan perfectamente el personaje asignado. No cabe duda de que no nos encontramos ante una gran película, pero sí que se trata de esas películas pequeñas que hacen que el cine tenga más atractivo.

Plantea correctamente  varios temas a tener en cuenta, primero las graves secuelas que deja la guerra; segundo, cómo con el tiempo se  curan las heridas  abiertas, con  el dulce bálsamo del amor de los seres queridos; y tercero, dentro de ese amor de la familia lo grande que es el de un hermano, este ultimo hace honor al título de la película

Se trata de una pequeña obra que no debe olvidarse. Dicho sea de paso, la más  limitada de este consagrado director.

Green Zone. Distrito Protegido

Rajiu  Chaudrasekaran, es un periodista y antiguo corresponsal, de renombre internacional, de nacionalidad india y afincado en Estados Unidos. En el año 2006 escribió su segundo libro “Imperial life in the city: inside irg´s green zone”,  con este libro recogió numerosos premios de literatura, fue número uno en ventas en numerosos países, y ahora Brian Helgeland se basa en esta historia para hacer el guión de esta película que está dirigida por Paul Greengrass.

Habrá quien afirme que esta película es la mejor que se ha hecho sobre la guerra de Irak, yo voy a comenzar este comentario diciendo: que descubrí a Paul Greengrass, en el año 2000 con su película “Extraña petición”, después llegó “Domingo Sangriento”, -estos dos filmes de producción inglesa-, después con producción americana “El mito Bourne”, “United 93” (por la que fue nominado a los Oscar), “Ultimatun Bourrne”  y por fin “Green Zone Distrito Protegido” que es su nueva película, en la que repite con el actor Matt Damon, de sobra han demostrado el buen duplo que componen.

En esta historia Matt Damon es un alférez del ejército americano asignado a la búsqueda de  armas de destrucción masiva. Pero a medida que trascurre la narración este soldado va descubriendo que todo lo que se suponía no concuerda con lo que allí ocurre, poco a poco se introduce en una espiral de sospechas, hasta llegar a la conclusión de que esa guerra no se fraguó porque el régimen de Saddam Husein tuviera armas de destrucción masiva, sino que fue claramente por los intereses petrolíferos y políticos de los americanos en Irak. El alférez Roy Miller tiene claro que las armas de destrucción masiva son sólo una excusa para derrocar a Hussein. Descubrir esta farsa le va a ser complicado.

Esta película no sólo no oculta, sino que se hace alarde de su carácter discursivo, viéndola no hemos podido dejar de compararla con la reciente “En tierra hostil”, -nada que ver-, aquí es otra la guerra, es una propuesta que logra llamar la atención,  porque el soporte introspectivo provoca la disposición de suponer del espectador, quien al igual que el personaje principal, irá de la ceca a la meca, para lograr descifrar este jeroglífico que oculta una verdad tan importante

Todos los escenarios exteriores están recreados desde la fidelidad estética, han sido rodados en España, Marruecos y Gran bretaña,  pero lo que vemos es realmente el Bagdad del año 2003, autenticidad cinematográfica y realista en los emplazamientos rodados cámara en hombro, hecho con una puntual e inflexible meticulosidad.

Los actores perfectos. Sólo hablaré de Matt Damon, se dice que ese papel estaba hecho para él, yo digo que otro actor no hubiera hecho tan auténtico y concreto a este personaje que revuelve y denuncia la invasión ilegal de Irak.

Bueno, resumiendo, la película como acusación está impecable, es una buena idea que un hecho que estaba en la mente de todos salga a la luz y mucho más considerable si la delación llega de manos de una película USA.

A este director ya se le nota la firma.

Para mí esta reivindicación llega tarde y además deja atrás ribetes de mucha importancia y profundidad.

A %d blogueros les gusta esto: