Crítica: Invasión a la tierra
7 abril 2011 3 comentarios
La película de la que hoy hago la crítica “Invasión a la Tierra” comienza bañada por la lasitud de su argumento y una trama que puede ser cualquier cosa menos creativa e interesante. Jonathan Liebesman no logra forma, ni prendido en este largo, siendo incapaz de jugar su propio juego.
Ésta es la sinopsis de “Invasión a la Tierra”, sacada de su página web: durante años ha habido casos documentados de avistamientos de OVNIS en todo el mundo. Pero en 2011, lo que hasta ese momento eran simples avistamientos resulta una terrible realidad cuando la Tierra es atacada por fuerzas desconocidas. Mientras todos son testigos de cómo caen las grandes ciudades del mundo, Los Ángeles se convierte en el último bastión de la humanidad en una batalla que nadie esperaba. Un sargento de la Marina (Aaron Eckhart, Love Happens) y su división son los que tendrán que definir los límites frente a un enemigo como jamás se habían encontrado, entre ellos una mujer (Michelle Rodríguez, Avatar, Machete)
Empieza con una voz en off, avisando: ¡enemigo no identificado! Y automáticamente los marines, a defender la ciudad de Los Ángeles.
Vaya por delante que antes de verla sabía que no me iba gustar, además, no tenemos el cuerpo para ir al cine también a sufrir guerras, y esta película es auténticamente una película bélica, una bestialidad de muerte y destrucción. Su presentación, ominosa y patética al mismo tiempo, describe a la perfección la ambivalencia americana, capaz como es obvio de sacar enemigos de cualquier lugar o crearlos, como es el caso. Ya llevamos tiempo con los extraterrestres en sus grandes producciones, seres de otros mundos que pueden destruir el planeta entero, pero amigo, cuando el ataque llega a una ciudad norteamericana, entonces ya no tienen nada que hacer los invasores. Los marines, cuales dioses justicieros, salen a la calle para impedir que unos bichejos extranjeros, siembren el terror en su reino, una auténtica pesadilla de juegos artificiales es la que se gesta para que el país vuelva a la hegemónica realidad.
Una película como “Invasión a la Tierra” pone de manifiesto muchas preguntas acerca de los mecanismos de una sociedad, que siempre busca la maldad fuera de sí misma, siendo la maldad condición inevitable de la naturaleza humana, y quizás sus raíces sean más fuertes donde se construyen imperios para siempre beneficiarse del control de todo. Jonathan Liebesman muestra descaradamente, ese americanismo como regla de poderío y grandeza nacional, pero yo creo que en la realización psicológica de este conato de película, no hacían falta resaltar caracteres de la sociedad americana pues el guion ya se encarga de hacerlo. La heroicidad, la entrega, el compañerismo, el muero o mato, o matando muero. Pienso que hay cosas que la industria cinematográfica debería de retirar de las pantallas, por el bien del espectador y sobre todo por la cinematografía, manteniendo una industria de modelos narrativos y visuales, y evitando que descomposiciones como “Invasión a la Tierra” entren en los cines y nosotros salgamos de ellos.
Como veis, está claro que no sólo no me ha gustado sino que además existen en “Invasión a la Tierra”, cantidad de situaciones, de escenas, que se caracterizan por una enorme lujuria, un veneno que ahora precisamente en estos momentos pues no apetece, incomoda verla. Ni siquiera en DVD.
Muero matando o matando muero, genial Marel.
La diferencia entre la «nueva Roma conquistadora» ( Estados Unidos) y la antigua, es la cultura. Crítica muy crítica has tenido con esta película. Nada que no esperase de alguien que entiende de cine, claro.
Decididamente, no la veré. Me he reido mucho con lo que dices, bichejos extranjeros, genial Marel.
Así hay que darles.
Ciao
Vaya, pensaba ir a verla y ahora dudo. La ciencia-ficción me gusta bastante pero por lo que leo.. esta peli ya la he visto con otro título. Contundente crítica, seguro que lo merece.
Saludos.
Javi, Shade, la prudencia a veces te impide decir todo lo que sientes al comprobar que has sido víctima de una estafa económica y moral.
Gracias por vuestros inmerecidos halagos.
Un saludo.